Capítulo 18
Alex
Fui a la casa de Sky con una lista mental de mis prioridades:
1- Aclarar lo que pasa con Vanessa; o mejor dicho, dejar claro que no pasa nada con Vanessa.
2- Ayudarla a que sea otra vez la misma… No, no, no. Mejor: ayudarla a que no se convierta en la chica amargada, irrazonable y cruel en la que amenaza con convertirse.
3- Aclarar lo que pasó hace dos años.
4- Hacerle saber que sigo enamorado de ella.
No sé cuánto tiempo necesitaré para lograr todo, pero sí sé que debe ser ese el orden.
Está de más decir que fue un shock enorme llegar a su casa y que su saludo fuera:
—Llévate de una vez a tu noviecita.
No podía ser lo que estaba pensando; ¡no, por Dios! Así que ver a Vanessa salir de pronto y notar en el rostro de Sky que ya la había sacado de quicio… bueno, al menos eso explicaba por qué la oí gritar algo así como: “No eres quién para venirme con exigencias.” No sé qué era peor: imaginar que podía estar discutiendo con su madre o comprobar mi mayor temor: Vanessa se había atrevido a molestarla, a pesar de que le dije bien claro que no lo hiciera. Tenía agallas esta chica.
La gota que colmó el vaso fue escucharla decime “cariño” una vez más; y la mueca de irritación de Sky simplemente hizo que se desbordara y que terminara gritándole a la chica aquella. Ya no podía soportarla más. Al menos espero que para Sky se haya comenzado a hacer evidente que no tenemos nada.
Ahora estamos aquí, los dos, solos. No lo negaré: mis nervios comienzan a hacer estragos y no digo una palabra. Tampoco ella dice nada, lo cual hace que me sienta ansioso a un nivel paralizante. Por fin es Sky quien rompe el silencio:
—Alex, ¿quieres hacer el favor de irte también?
—No, Sky, no hasta que me escuches. Necesito…
—Ok— me interrumpe ella con un suspiro, —veo que has venido en modo terco. Bueno, te anuncio que no he desayunado....
Fui a la casa de Sky con una lista mental de mis prioridades:
1- Aclarar lo que pasa con Vanessa; o mejor dicho, dejar claro que no pasa nada con Vanessa.
2- Ayudarla a que sea otra vez la misma… No, no, no. Mejor: ayudarla a que no se convierta en la chica amargada, irrazonable y cruel en la que amenaza con convertirse.
3- Aclarar lo que pasó hace dos años.
4- Hacerle saber que sigo enamorado de ella.
No sé cuánto tiempo necesitaré para lograr todo, pero sí sé que debe ser ese el orden.
Está de más decir que fue un shock enorme llegar a su casa y que su saludo fuera:
—Llévate de una vez a tu noviecita.
No podía ser lo que estaba pensando; ¡no, por Dios! Así que ver a Vanessa salir de pronto y notar en el rostro de Sky que ya la había sacado de quicio… bueno, al menos eso explicaba por qué la oí gritar algo así como: “No eres quién para venirme con exigencias.” No sé qué era peor: imaginar que podía estar discutiendo con su madre o comprobar mi mayor temor: Vanessa se había atrevido a molestarla, a pesar de que le dije bien claro que no lo hiciera. Tenía agallas esta chica.
La gota que colmó el vaso fue escucharla decime “cariño” una vez más; y la mueca de irritación de Sky simplemente hizo que se desbordara y que terminara gritándole a la chica aquella. Ya no podía soportarla más. Al menos espero que para Sky se haya comenzado a hacer evidente que no tenemos nada.
Ahora estamos aquí, los dos, solos. No lo negaré: mis nervios comienzan a hacer estragos y no digo una palabra. Tampoco ella dice nada, lo cual hace que me sienta ansioso a un nivel paralizante. Por fin es Sky quien rompe el silencio:
—Alex, ¿quieres hacer el favor de irte también?
—No, Sky, no hasta que me escuches. Necesito…
—Ok— me interrumpe ella con un suspiro, —veo que has venido en modo terco. Bueno, te anuncio que no he desayunado....