STAY
Estabas en la orilla del océano, donde moría el último río en la marea. El cielo rosa del oeste acariciaba tu cabello suelto, con su tibio aliento te enviaba un beso. Ondeaba en la brisa de sal tu blanco vestido de verano. La fatiga había detenido tus pasos. En ese momento, supiste que yo estaba en camino. Estabas en pie, frente a mí. El blanco que flotaba a tu alrededor languidecía y se escapaba conforme bajaba el Sol. Un gris mortecino se cernía sobre ti, esperando como un buitre. Tu cuerpo estaba cansado, y a cada segundo, más menudo.
Me mirabas en silencio. Intensos violetas y carmines en tu mirada perforaban la gris mortaja del crepúsculo, una última bengala de auxilio. De todo lo que en una eternidad había visto, tu mirada era lo más inmenso que jamás hube contemplado. Habías visto mil años en uno solo. Desbordaban de tus ojos los colores de toda una vida. Pero en aquel momento te...
Me mirabas en silencio. Intensos violetas y carmines en tu mirada perforaban la gris mortaja del crepúsculo, una última bengala de auxilio. De todo lo que en una eternidad había visto, tu mirada era lo más inmenso que jamás hube contemplado. Habías visto mil años en uno solo. Desbordaban de tus ojos los colores de toda una vida. Pero en aquel momento te...