...

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Déjame entrar.
"Toc, toc, toc."

Moví las sábanas hasta mi cabeza, quizá si me escondo entonces ella pensará que no estoy aquí, y dejará de tocar la ventana de mi cuarto.

"Toc, toc... toc."

Me escondí en lo más cercano, bajo las frazadas, la luz está apagada, ya es hora de dormir. Pero desde que ella toca mi ventana, no he podido dormir casi nada.

"Toc... Toc... Toc..."

He estado dos noches así, mi ventana da vista al bosque, algo que siempre me había gustado, pero ahora me aterra pensar que ella salió de esos árboles para venir a buscarme.

"Toc... Toc..."

No ha dejado de tocar mi ventana, le he dicho a mi hermana mayor desde que todo esto comenzó, pero ella no me cree, y afirma no escuchar nada por las noches. Quizás tiene razón y me estoy volviendo loca.

"Psst..."

Me hice bolita, intentando resguardarme tanto cómo pude, sea parte de mi imaginación o no, sé que ella es peligrosa. Da mucho miedo, incluso con las cortinas cerradas y la habitación oscura, sé que está mirándome fijamente.

"Toc... Toc..."

Es una mirada penetrante y aterradora, tan fija que da mucho miedo, nisiquiera el señor Pepy me hace sentir segura con su pelaje tan suave, no importa cuanto lo abrace, parece ser que quien está afuera de mi ventana también logró asustar al señor Pepy.

"Abre la ventana."

Ella sabe que estoy aquí.

"Déjame entrar." Sonaba algo triste, casi suplicando que yo le hiciera caso. Era completamente contraria a la voz más firme de mi hermana. "Hace frío aquí afuera."

Me aferré al señor Pepy, si... Tiene razón, debo decirle que se vaya, ella no es bienvenida aquí, pero no lo sabe si yo nunca se lo he dicho.

"V-Váyase..." Sonó en un hilito de voz. "No puedo abrirle."

"Por favor, hace mucho frío..."

"Lo siento, n-no puedo." Fingí el mismo tono de mi hermana.

Entonces ya no se escucharon más ruidos.

[ --- ]

"¿Dormiste bien esta noche?" Mi hermana estaba bebiendo un café y leyendo el periódico, yo me senté en la silla frente a ella, sacando un trozo de pie de manzana.

"No mucho..." Tomé uno de los tenedores para comer. "Volvió a tocar mi ventana."

"Ya te dije que no hay nadie tocando tu ventana, Amelia." Parecía muy enojada cada vez que yo lo mencionaba. "Debe ser uno de tus amigos imaginarios."

"Ajá" Ella no va a creerme, no importa cuantas veces se lo diga. "¿Cómo está la abuela?"

"Está recuperándose bien, ya puede levantarse" Olivia sonrió por el cambio de tema. "¿Quieres ir a verla?"

"Claro."

Ambas terminamos el desayuno para ir a ver a la abuela, quizá si se lo menciono a ella, entonces Olivia finalmente me crea.

[ --- ]

"¡Tío Henry!" Olivia y el se abrazaron, a mí nunca me agradó el Tío Henry, siempre me pareció muy extraño, y siempre se quedaba mirando mucho mis piernas, por supuesto esta vez no fue la excepción.

"Olivia, que bueno verte." Se acercó a mí, arrodilladose, y sonriendo. "Amelia, ¿Cómo has estado?"

"Bien." No me importa que Olivia me mire mal, y después me regañe, no quiero hablar con él. "Iré a ver a la abuela. Adiós."

Subí las escaleras, llegando a la habitación de la Abuela Grace, ella estaba tendida en su cama, mirando el paisaje por la ventana.

"Hola, abuela." Me acerqué a ella, sentándome en el piso al lado de su cama. "¿Cómo estás?"

"Amelia... Que bueno verte." Ella se acomodó, para poder verme. "Me he estado sintiendo observada, pero Henry dice que son delirios de anciana..."

"Alguien ha estado tocando mi ventana." Hablé sin pensar, pero siempre he podido hablar de muchas cosas con ella, aunque los demás digan que es una demente, yo no creo que así sea. "Es una mujer, me pide que la deje entrar."

"¿Una mujer?" Me preguntó, mirándome. "¿Te pide que la dejes entrar?"

"Si." Repetí. "Me dice que afuera hace frío. Se lo dije a Olivia pero no me creyó."

"Ambas sabemos cómo es Olivia..." Ella me sonrió, yo le sonreí también. "Sabes cómo ha estado desde la muerte de tu madre..."

"Pero pasó hace un año..." Respondí. "Los adultos se preocupan demasiado."

"Hay cosas que no puedes entender siendo una niña, Amelia." Me hizo cariño en la cabeza. "Olivia tuvo que asumir cómo si ahora ella fuera la que está a cargo, porque yo también enfermé."

"¿Ya te sientes mejor?"

"Si, mi niña" me respondió, saliendo de debajo de las sábanas, para sentarse en la cama. "Me alegro de verte aquí, te había echado de menos."

"Olivia dijo que lo mejor era no molestarte." Bajé un poco la cabeza. "No quiso traerme."

"Ya veo... Ten paciencia con tu hermana mayor, ella solo está haciendo lo que cree correcto." Suspiré de malas ganas, ella puede hacer todo lo que crea correcto, pero no es correcto no venir a ver a la abuela. No es correcto ignorarme en las noches, me da mucho miedo, y ella solo finge que nada pasa. "A veces tenemos que cometer errores para darnos cuenta de muchas cosas, lo entenderás cuando seas mayor, Amelia."

"No lo creo..." Ella acarició un poco más mi cabeza, la verdad es que la muerte de mamá no me afectó demasiado, ella nunca estuvo ahí mucho tiempo, siempre tenía otras cosas que hacer. Nunca la odié, ni nada por el estilo, pero era muy obvio que no tenía tiempo para nosotras, no hubo diferencia en su vida ni en su muerte.

La abuela Grace siempre estuvo allí para Olivia y yo, nos cuidó toda nuestra vida, y siempre estuvo allí. La verdad es que siento que ella es mi mamá.

"¿Quieres ir abajo?"

Lo pensé unos momentos, no, no quería bajar y tener que aguantar las miradas que me ponían tan incomoda del tío Henry, pero por otro lado, no quería dejar a mi abuela sola allá abajo.

"Vamos." Tomé su mano, para ayudarla a caminar.

[ --- ]

Con mucho esfuerzo, logramos bajar las escaleras, la ayudé a llegar hasta la cocina, donde tenía su mesa redonda.

"¿Quieres un té, abuela Grace?"

"Claro, sería excelente." Entonces me puse manos a la obra, prendí el...