...

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Déjame entrar.
"Toc, toc, toc."

Moví las sábanas hasta mi cabeza, quizá si me escondo entonces ella pensará que no estoy aquí, y dejará de tocar la ventana de mi cuarto.

"Toc, toc... toc."

Me escondí en lo más cercano, bajo las frazadas, la luz está apagada, ya es hora de dormir. Pero desde que ella toca mi ventana, no he podido dormir casi nada.

"Toc... Toc... Toc..."

He estado dos noches así, mi ventana da vista al bosque, algo que siempre me había gustado, pero ahora me aterra pensar que ella salió de esos árboles para venir a buscarme.

"Toc... Toc..."

No ha dejado de tocar mi ventana, le he dicho a mi hermana mayor desde que todo esto comenzó, pero ella no me cree, y afirma no escuchar nada por las noches. Quizás tiene razón y me estoy volviendo loca.

"Psst..."

Me hice bolita, intentando resguardarme tanto cómo pude, sea parte de mi imaginación o no, sé que ella es peligrosa. Da mucho miedo, incluso con las cortinas cerradas y la habitación oscura, sé que está mirándome fijamente.

"Toc... Toc..."

Es una mirada penetrante y aterradora, tan fija que da mucho miedo, nisiquiera el señor Pepy me hace sentir segura con su pelaje tan suave, no importa cuanto lo abrace, parece ser que quien está afuera de mi ventana también logró asustar al señor Pepy.

"Abre la ventana."

Ella sabe que estoy aquí.

"Déjame entrar." Sonaba algo triste, casi suplicando que yo le hiciera caso. Era completamente contraria a la voz más firme de mi hermana. "Hace frío aquí afuera."

Me aferré al señor Pepy, si... Tiene razón, debo decirle que se vaya, ella no es bienvenida aquí, pero no lo sabe si yo nunca se lo he dicho.

"V-Váyase..." Sonó en un hilito de voz. "No puedo abrirle."

"Por favor, hace mucho frío..."

"Lo siento, n-no puedo." Fingí el mismo tono de mi hermana.

Entonces ya no se escucharon más ruidos.

[ --- ]

"¿Dormiste bien esta noche?" Mi hermana estaba bebiendo un café y leyendo el periódico, yo me senté en la silla frente a ella, sacando un trozo de pie de manzana.

"No mucho..." Tomé uno de los tenedores para comer. "Volvió a tocar mi ventana."

"Ya te dije que no hay nadie tocando tu ventana, Amelia." Parecía muy enojada cada vez que yo lo mencionaba. "Debe ser uno de tus amigos imaginarios."

"Ajá" Ella no va a creerme, no importa cuantas veces se lo diga. "¿Cómo está la abuela?"

"Está recuperándose bien, ya puede levantarse" Olivia sonrió por el cambio de tema. "¿Quieres ir a verla?"

"Claro."

Ambas terminamos el desayuno para ir a ver a la abuela, quizá si se lo menciono a ella, entonces Olivia finalmente me crea.

[ --- ]

"¡Tío Henry!" Olivia y el se abrazaron, a mí nunca me agradó el Tío Henry, siempre me pareció muy extraño, y siempre se quedaba mirando mucho mis piernas, por supuesto esta vez no fue la excepción.

"Olivia, que bueno verte." Se acercó a mí, arrodilladose, y sonriendo. "Amelia, ¿Cómo has estado?"

"Bien." No me importa que Olivia me mire mal, y después me regañe, no quiero hablar con él. "Iré a ver a la abuela. Adiós."

Subí las escaleras, llegando a la habitación de la Abuela Grace, ella estaba tendida en su cama, mirando el paisaje por la ventana.

"Hola, abuela." Me acerqué a ella, sentándome en el piso al lado de su cama. "¿Cómo estás?"

"Amelia... Que bueno verte." Ella se acomodó, para poder verme. "Me he estado sintiendo observada, pero Henry dice que son delirios de anciana..."

"Alguien ha estado tocando mi ventana." Hablé sin pensar, pero siempre he podido hablar de muchas cosas con ella, aunque los demás digan que es una demente, yo no creo que así sea. "Es una mujer, me pide que la deje entrar."

"¿Una mujer?" Me preguntó, mirándome. "¿Te pide que la dejes entrar?"

"Si." Repetí. "Me dice que afuera hace frío. Se lo dije a Olivia pero no me creyó."

"Ambas sabemos cómo es Olivia..." Ella me sonrió, yo le sonreí también. "Sabes cómo ha estado desde la muerte de tu madre..."

"Pero pasó hace un año..." Respondí. "Los adultos se preocupan demasiado."

"Hay cosas que no puedes entender siendo una niña, Amelia." Me hizo cariño en la cabeza. "Olivia tuvo que asumir cómo si ahora ella fuera la que está a cargo, porque yo también enfermé."

"¿Ya te sientes mejor?"

"Si, mi niña" me respondió, saliendo de debajo de las sábanas, para sentarse en la cama. "Me alegro de verte aquí, te había echado de menos."

"Olivia dijo que lo mejor era no molestarte." Bajé un poco la cabeza. "No quiso traerme."

"Ya veo... Ten paciencia con tu hermana mayor, ella solo está haciendo lo que cree correcto." Suspiré de malas ganas, ella puede hacer todo lo que crea correcto, pero no es correcto no venir a ver a la abuela. No es correcto ignorarme en las noches, me da mucho miedo, y ella solo finge que nada pasa. "A veces tenemos que cometer errores para darnos cuenta de muchas cosas, lo entenderás cuando seas mayor, Amelia."

"No lo creo..." Ella acarició un poco más mi cabeza, la verdad es que la muerte de mamá no me afectó demasiado, ella nunca estuvo ahí mucho tiempo, siempre tenía otras cosas que hacer. Nunca la odié, ni nada por el estilo, pero era muy obvio que no tenía tiempo para nosotras, no hubo diferencia en su vida ni en su muerte.

La abuela Grace siempre estuvo allí para Olivia y yo, nos cuidó toda nuestra vida, y siempre estuvo allí. La verdad es que siento que ella es mi mamá.

"¿Quieres ir abajo?"

Lo pensé unos momentos, no, no quería bajar y tener que aguantar las miradas que me ponían tan incomoda del tío Henry, pero por otro lado, no quería dejar a mi abuela sola allá abajo.

"Vamos." Tomé su mano, para ayudarla a caminar.

[ --- ]

Con mucho esfuerzo, logramos bajar las escaleras, la ayudé a llegar hasta la cocina, donde tenía su mesa redonda.

"¿Quieres un té, abuela Grace?"

"Claro, sería excelente." Entonces me puse manos a la obra, prendí el fuego del horno, para llenar la tetera y dejarla ahí, probablemente después vengan Olivia y el tío Henry, así que también querrán te.

"¿Dónde está tu hermana?" Es verdad, no la vi cuando bajé. Me encogí de hombros, sacando las tazas para el té. "¿Puedes ir a buscarla?"

"Está bien." Dejé la tetera hirviendo y las tazas sobre la mesa, así sería menos trabajo cuando vuelva.

Salí de la cocina, pensando en donde buscar primero. La casa de la abuela Grace es bastante grande y vieja, incluso algo aterradora, pero su presencia logra hacer que el lugar sea acogedor.

No habían ido al segundo piso, así que la búsqueda sería más fácil. Me adentré por el largo pasillo, buscando por las habitaciones.

"¿Se habrán ido?" Pensé para mi misma, pero en la última puerta del pasillo se veía algo de luz salir por la pequeña apertura. "Ahí deben estar."

Me acerqué, iba a tocar la puerta, pero me detuve al escuchar ruidos extraños. La cama crujía con fuerza, cómo si fuera a romperse, y escuchaba la voz del tío Henry insultando a mi hermana, y ella lloraba.

Abrí la puerta, y el crujido de la madera vieja logró alertar a ambos. El tío Henry estaba sin ropa al igual que Olivia, estaba sobre ella, y ambos estaban cubiertos por la sábana. Estaban sudorosos, y rojos. Los dos me miraron cómo si hubieran visto un fantasma.

"...¿Qué hacen?" Pregunté, ladrando la cabeza. Ambos se separaron rápidamente, y Olivia buscó su ropa, para acercarse a mí con la blusa mal amarrada.

"Amelia, no viste nada, ¿está bien?" ¿Estaban haciendo algo malo? Quizá estaban peleando, y no quieren que la abuela sepa porque está vieja y puede hacerla sentir peor. "Olvida todo esto."

"¿Qué hacían?" Volví a preguntar, ahora viendo al tío Henry que estaba totalmente vestido.

"No te importa, mocosa metiche." Me regañó el, enojado. "Si tu hermana te dice que no viste nada, no viste nada."

Fue extraño, pero al mismo tiempo satisfactorio sentir que yo era quien tenía poder sobre esa situación, y por primera vez, los papeles habían cambiado.

"Pero yo si vi algo, te vi a ti sobre mi hermana." Respondí calmada, ellos se pusieron pálidos. "La abuela no debe saber, ¿Verdad?"

"Amelia, por favor, solo..." Ella tapó su cara con vergüenza. "No menciones nada, el tío Henry te traerá chocolate, y yo dormiré contigo esta semana, ¿Está bien?"

Lo pensé por unos momentos.

"Bien, pero también quiero comer pie de manzana con cereza por todo el mes." Extendí mi mano, y Olivia aceptó el trato.

Los adultos se complican demasiado, a mí realmente no me importa que estuvieran peleando, y estoy segura de que a la Abu Grace tampoco, pero ellos están ahogándose en un vaso de agua.

Lo bueno es que pude sacar provecho de ello.

[ --- ]

Justo cuando entramos por la cocina, la tetera comenzó a soltar un pitido que decía que el agua ya estaba lista.

"Los encontraste." La abuela Grace sonaba feliz. "No quería tomar té sin que todos estuvieran aquí."

Saqué el azúcar y las cucharitas, dejando todo allí.

"Saca las galletas del mueble, querida." Asentí, moviendo una silla para sacar una caja de galletas que la Abu Grace comía. "Hoy quiero celebrar mi recuperación."

Las puse en el centro de la mesa, y serví el agua en todas las tazas. Puse las bolsitas de té en la mesa.

"Me alegro tanto de que hayas venido a verme, Henry... Realmente me hace feliz saber que al menos uno de mis hijos se preocupa por mi." La Abuela me extendió una galleta, yo la tomé, y comencé a remojarla en el té. A juzgar por cómo se ve el tío Henry, y cómo me mira asustado, debe sentirse culpable.

"Siempre es bueno algo de compañía, Abuela..." Olivia habló, aún algo temblorosa. "Tu sabes que te queremos mucho."

"No lo hacen." Ella tomó una galleta remojandola en el té también. La mayoría de costumbres y mañas que tengo me las ha pegado Abu. "Ustedes no me quieren para nada, están esperando a que yo muera."

"Yo si te quiero, Abuela Grace" Ella me sonrió, y yo le sonreí también, el tío Henry y Olivia lucían nerviosos, pero la Abuela y yo nos reímos. "Era una broma, duh."

Ambos parecieron relajarse, siempre tengo que estar diciendo lo obvio. La abuela rió un poco más.

"Realmente me alegro de que estén aquí." Bebió de su té. "Al menos una parte de mi familia aún me tiene presente."

Asentí, bebiendo té igualmente.

[ --- ]

"El tío Henry vendrá a dormir, ¿Está bien?" Si, realmente me gusta esto de tener el control, Olivia nunca me había preguntado si algo me parecía bien.

"No quiero, tu duermes conmigo, y si el viene a dormir entonces dormiremos los 3. Mi cama no es tan grande." Ella accedió, y bueno, no tenía otra opción, yo estoy resguardando su secreto. "Además a la Abu Grace le vendría bien algo de compañía en la noche."

"Está bien, iré a avisarle."

Se fue de la casa, yo comencé a colocarme pijama para poder dormir.

[ --- ]

La noche oscureció todo rápido, pero yo no podía dormir, no podía dormir hasta saber que ella no vendría, y suele venir en cuanto la luna ilumina el bosque y puede iluminar las cortinas de mi cuarto.

Olivia está dormida, yo abracé al señor Pepy. "¿Crees que venga hoy?" le pregunté al osito. "Quizá le dió miedo Olivia."

Cerré los ojos, me acomodé en la cama para poder dormir.

"Toc... Toc..."

Olivia despertó, yo solo fingí estar dormida.

"¿Henry?" Ella se sentó en la cama. "¿Qué mierda quieres a esta hora?"

"Henry..." Abrí los ojos, y pude ver cómo Olivia me miró con horror. Esa era la voz de esa mujer. "Déjame entrar, Henry..."

Ella me sacudió con fuerza en la cama, la escuché sollozar.

"¿Ahora me crees?"

"Amelia, esa es la voz de mamá..." Se levantó de la cama, y me tomó de la mano, yéndose del cuarto.

"Olivia... Déjame entrar... Hace frío..." Fue lo último que escuchamos antes de ir al comedor y prender unas velas.

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"Tenemos que decirle a la abuela Grace, hay que llamar a alguien..." Las velas iluminaban su cara, ella aprovecho de prender una lámpara de fuego para vernos mejor. "Esto no..."

"Te dije que era verdad. Pero no me creíste."

"¡Cállate, Amelia!" me gritó en un susurro, yo solo abracé más al señor Pepy. "No es momento para esto, debemos..."

"KrrrRr" Ambas nos quedamos calladas al escuchar el crujido del piso de mi cuarto, la puerta estaba cerrada, así que no sabíamos que ocurría. Olivia me abrazó con fuerza, sollozando tan bajo cómo pudo. Yo solo veía la puerta de mi cuarto, tenía algunos dibujos pegados.

Se escuchó el crujido de mi cama, casi cómo si alguien se estuviera acostando entre mis sábanas, me alegro de haber sacado al señor Pepy, o estaría muy asustado allá adentro.

Todo quedó en un abrumador silencio por unos momentos, solo escuchaba nuestras respiraciones, y algunas velas se habían apagado.

"Está durmiendo..." Olivia se apegó más a mi, yo solo miraba fijamente hacia allá. "Ella se acostó porque tiene frío."

Olivia me soltó, se sorbió los mocos y se limpió las lágrimas.

Yo tomé la lámpara de fuego, no quería seguir teniendole miedo, y la única manera de que deje de atormentarme, es matándola.

"Hay que darle un poco de calor."

Le di la lámpara a Olivia, yo también estoy asustada, no tanto cómo ella. Pero sé que está dormida porque no puedo sentir su mirada sobre mí.

"Está bien." me susurró de vuelta, levantandose con cuidado de la silla. Apretaba la lámpara muy fuerte del mango, ambas estábamos temblando, si esto salía mal, entonces ella se quedaría aquí y nosotras nos tendríamos que ir.

Quedamos frente a la puerta, sin hacer ruido.

"Te quiero mucho, Amelia." Me susurró, yo le asentí con la cabeza. "Lo siento por no haberte creído."

"Está bien."

Ella abrió la puerta con fuerza, casi tirandola, antes de que esa mujer pudiera despertar, le tiró la lámpara, y el fuego rápidamente comenzó a incendiar las sábanas. La mujer comenzó a gritar desesperada, sus gritos eran lo único que podía escuchar, y podía verla retorciéndose entre las sábanas mientras el fuego se extendía cada vez más..

"¡Salgamos de aquí!" Me arrastró fuera de la casa, que comenzó a arder muy rápido, junto con los gritos de esa mujer, que pedía ayuda.

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Los bomberos llegaron porque la Abuela Grace los llamó, también llegó la policía, y un cura de una iglesia que está cerca de aquí.

La policía no pudo encontrar algún cuerpo, y los bomberos apagaron el incendio antes de que todo el bosque comenzara a arder. La Abuela Grace lloraba cómo nunca junto a Olivia, el tío Henry estaba respondiendo las preguntas del policía, y unos bomberos estaban cuidando de mí, me dieron chocolate caliente y una manta.

"¿Cómo te sientes?" Me preguntó un bombero, quien me dió un chocolate. Yo lo abrí y comencé a comer. "¿Te sientes mejor?"

"No me siento mal." Respondí, mirando a los árboles de donde esa mujer solía venir. "Ella ya está muerta, no va a volver a molestarme."

El bombero me abrazó, pero yo realmente no quería un abrazo. Quería más chocolate.

"¿Eres Amelia?" El cura se acercó a mí, y el bombero se fue. Se ve bastante joven para ser un cura, debe tener la edad de mi hermana. "¿Cómo estás, pequeña?"

"Estoy bien." Es cansado tener que repetirle lo mismo a todos los adultos. Todos me han preguntado si estoy bien, y me siento bien, la situación no me molesta.

"¿Alguna vez viste a la mujer que tocaba tu ventana?" Lo pensé unos momentos. No, no la había visto, nunca me atreví a abrir las cortinas para verla.

"No. Pero Olivia me dijo que era la voz de mamá." Guardé el envoltorio del chocolate. "Pero no lo sé, no recuerdo a mamá."

"¿Murió hace mucho?"

"Hace un año." Miré hacia donde estaba la abuela Grace, ella estaba llorando tan desconsolada cómo cuando mamá murió. Tuve un deja-vu, yo había vivido esto antes.

Miré al cura, y dejé de tener el control de mi cuerpo, yo solo pude mirar lo que mi cuerpo hacia, pero no podía hacer nada más.

"Ella murió en el lago, señor." Me sentí sonreír, y el hombre me miró algo asustado. "Su cuerpo debe estar ahí aún."

Mamá no murió en el lago, no recuerdo que lo haya hecho. No recuerdo a mamá, y cada vez que trato de recordarla, no puedo ver su rostro, sino el de Olivia.

El cura volvió con un policía, y el me llevó para otra parte, yo aún seguía sonriendo. Solo que esta vez quedamos más cerca de mi familia.

"¿Puedes decirme lo que le dijiste a el?" Se arrodilló, para poder verme mejor. Yo sentí más ganas de sonreír.

"Mi mamá murió en el lago, señor. Su cuerpo debe estar ahí aun." Repetí exactamente las mismas palabras, mi hermana y los demás me miraron algo extrañados, acercándose.

"Iremos a ver al lago." El policía se levantó.

"¡N-No!" El tío Henry se metió en la conversación, el policía lo miró con curiosidad, se veía nervioso. "Digo... Es de noche, no encontrarán nada."

"Podemos alumbrar hacia allá, señor." El policía lo miró aún más confundido.

"Solo son delirios de una niña loca, no le hagan caso, desde la muerte de su madre ha estado así."

Sentí todas mis tripas revolverse, mi garganta ardía con ganas de vómitar, pero no podía dejar de sonreír. No sé qué está pasando..

"¿Qué te da miedo, tío Henry?" Pregunté, viéndolo fijamente. "¿Te da miedo que encuentren el cuerpo de mamá?"

"¡Cállate, chiquilla del demonio!" Me gritó, pero yo no podía sentir miedo.

"¿Te da miedo que todos sepan que tú la mataste?" Me reí, todos miraron asombrados, incluso la Abuela Grace parecía sorprendida. "Su cuerpo debe estar muy abajo, tu la hundiste, tío Henry."

"¡Maldita perra!" Se intentó tirar sobre mi, pero yo permanecí quieta, y los policías lo detuvieron.

"¡Amelia!" Olivia se acercó a mí. "¡No puedes decir esas cosas!"

"¿Te da miedo que sepan que estás tirandote al tío Henry?" Mi sonrisa se agrandó aún más, la Abuela Grace quedó de piedra.

"¿Qué...?" Miró a ambos, ambos se pusieron pálidos, y entonces la abuela supo que era verdad.

"No te preocupes, si sigues así, vas a terminar cómo mamá." Olivia cayó de bruces. "El la mató porque también se la estaba tirando. Le rajó la garganta y la tiró al lago."

"No puede ser... ¡NO PUEDE SER!" Gritó la Abu Grace, me sentí muy mal de verla así, un hombre tuvo que ir a contenerla en sus gritos y llantos. "¡SON UNOS HEREJES! ¡UNOS ASQUEROSOS!"

No quería ver a la abu así, pero no podía detenerme. Me puse a llorar, y fue lo único en lo que tuve control.

"Mataste a mamá porque querías ir a mi cama. Eres un asqueroso, Tío Henry." Me reí, abrazando al señor Pepy. "Mamá te dijo que no, y la mataste. ¡Mamá esta en el lago flotando, flotando y muy muerta!" Comencé a canturrear, uno de los bomberos se acercó a mí, envolviendome con una manta.

"¡Y el tío Henry la mató porque es un asqueroso!" Esto ya no fue canturrear, fue gritarle, sentí que todo ese enojo que siento hace un año y desconocía por qué, está saliendo ahora. "Mamá tenía frío, y por tu culpa, yo tuve que matarla también."

El bombero me tomó en brazos, sacándome de allí.

"Y ahora yo soy igual que el tío Henry."

Todos mis familiares quedaron llorando, la Abu Grace estaba muy enojada, y aún podía escuchar sus gritos, incluso si estaba lejos.

"¡SON UNOS MALDITOS, LOS DOS!" Gritó con todas sus fuerzas. "¡NO LES BASTÓ CON LA MUERTE DE JESSIA! ¡MANCHARON TODA SU MEMORIA! ¡HEREJES!"

El bombero tapó mis oídos, pero yo no sentía nada. Me siento entumecida, pero no tengo frío. Tampoco tengo ganas de llorar.

"Te sacaremos de aquí, ¿Okay?" Seguramente intentaba hacerme sentir mejor, pero eso no me hace sentir para nada mejor..

"No quiero irme. Quiero que el tío Henry se vaya."

"Y se irá, no te preocupes." Me abrazó, dejándome sentada en su camión de bomberos. "Ya vuelvo, espérame aquí, ¿bien?"

Asentí, el se devolvió a la escena junto con el otro bombero y los policías. Estaban intentando contener a la abuela, Olivia lloraba devastada en el piso, y al tío Henry le habían colocado unas esposas.

Me levanté para escuchar un poco mejor.

"Tendremos que ir a ver." Dijo uno de los policías. "Si la niña dice la verdad, entonces tendremos que llevarnos a este tipo."

"¿Y si de verdad es una niña loca?"

"Si mataran a mi madre yo también me volvería loco. Y también me gustaría que encuentren su cuerpo para poder sentirme tranquilo."

"Está bien, está bien, iremos."

Me devolví, y entonces pude ver cómo ellos iban con la abu Grace al lago.

Esperé a que se perdieran de vista, y en cuanto los bomberos estuvieron distraídos, comencé a correr hacia allá. No sé si lo que dije era cierto, pero se sintió muy real.

Necesito saber si no mentí.

"¡Niña! ¡Espera!" Comenzaron a correr detrás de mi, pero corrí entre los árboles para perderlos de vista.

[ --- ]

Llegué probablemente en el peor momento, lograron sacar el cuerpo de mamá, ya no se veía cómo ella, mucho de su pelo se había salido de su cabeza, estaba muy hinchada, y azul.

Olivia lloraba, siendo consolada por un bombero, y la Abu Grace cayó de bruces, comenzando a gritar maldiciones y llorando.

Me acerqué a ella, y la abracé, la Abu Grace me abrazó de vuelta, pidiéndome perdón por no haberse dado cuenta antes.

"Mamá..." Me solté de ella, para poder ver de más cerca el cuerpo, el cura estaba diciendo unos rezos.

Ahora puedo recordar el rostro de mamá, siempre tuvo un rostro muy gentil, parecido al de la abu Grace pero más joven, ella me cantaba en las noches, y me arropaba al dormir. Me leía cuentos, y cuando iba a la ciudad me traía lápices y hojas para dibujar. Su voz siempre fue muy dulce, y siempre antes de irse me decía lo mucho que me amaba.

"¿Quieres decirle algo?" El cura me miró con compasión, yo solo tomé la mano fría e hinchada de mamá entre mis dedos, entrelanzandolos.

"Realmente estás muy helada, mamá..." Bajé la cabeza. "Lo lamento..."

"Estoy seguro de que ella realmente te amó mucho." El cura me acarició la cabeza. "Una madre nunca olvida a sus hijos, y estoy segura de que te seguirá cuidando."

"Buenas noches, mamá." Solté su mano. "Espero que ahora puedas descansar."

Los policías tomaron el cuerpo, y todos nos devolvimos cerca de la granja. La Abu Grace me llevaba de la mano, y Olivia iba lejos de nosotras, esposada.

"Nos iremos de aquí, Amelia." Ella me miró, sonriendo, aunque aun tiene los ojos hinchados. "Venderemos este lugar y nos iremos a la ciudad."

"Eso sería genial." Bajé la mirada, y ella acarició mi mano con su pulgar.

"Irás a la escuela, y te compraré muchos lápices y hojas para que dibujes." Sonreí, asintiendo. "Y te compraré vestidos muy bonitos."

"Gracias, Abu Grace, te quiero mucho..." Ella me tomó en brazos, cargandome.

"No tendrás que pasar por algo cómo esto nunca más, mi niña. Te cuidaré cómo si fueras mi propia hija."

"¿Crees que mamá esté descansando?"

"Sé que ahora lo está." Me apegué al hombro de la Abu Grace. "Y está descansando gracias a ti."

"Yo también quiero descansar." Bostecé, la situación me había hecho sentir muy cansada. Pero al mismo tiempo me sentía liviana, cómo si me hubiera deshecho de todo el peso que estuvo allí todo este año. "Tengo mucho sueño."

"Bien, te llevaré a dormir conmigo esta noche, y mañana prepararé un pie de manzana y cereza, ¿Te parece bien?"

"Si..." Sonreí, cerrando los ojos. Puede que mamá ya no esté aquí, pero ahora sé que donde quiera que esté, está descansando en paz. Y que dejó a la Abu Grace aquí cómo mi ángel de la guarda para que ella me cuide.




© Zadkiel