A UNAS HORAS DE NAVIDAD.
Esa tarde-noche en aquel centro comercial, esperaba a Cristel, mi esposa y, a mis dos hijas. Ellas habían regresado a comprar algo que se había olvidado, estaba cerca Navidad. Yo esperaba al extremo de una caja de cobro que no tenían en uso. Me quedé observando a un niño que miraba a través del cristal de una máquina atrapa-muñeco-de-peluche. No sabía cuál él había escogido, pero como a 15 metros de distancia yo ya había escogido uno, mientras él miraba a esos muñecos. Ya para eso, observé también que ningún adulto estaba a su lado, seguramente de lejos alguien lo cuidaba; también llamó mi atención el color del niño, no era moreno, era de piel uniformemente oscura... Pensé que era muy probable que él fuera un niño indocumentado, ya que en estos días frecuentemente...