LA ESPADA DE ENOMAO
Enomao, gladiador del circo romano, poseía un cuerpo de atleta y una gran habilidad para el combate cuerpo a cuerpo. El Coliseo, abarrotado de súbditos, vibraba con la emoción de las peleas y la anticipación de la muerte; como todo circo, aquello tenía un precio que no vale la pena describir ahora. Él era un gladiador, y le tocaba enfrentarse a un tracio. Era su oficio, y a pesar del miedo, debían luchar por sus vidas. En este combate ganaría 2000 sestercios, dinero que usaría para alimentar a sus hijos y comprar un sencillo vestido a su mujer.
Enomao primo de Espartaco, era considerado por algunos casi tan bueno como el legendario gladiador. Su dulce...