Tres segundos de vida
La ciudad duerme ajena a los pasos de ese chico que camina por las calles en esa fría madrugada del invierno madrileño.
El suave vaho que sale de sus labios con cada respiración, se eleva hacia el cielo nocturno, como la esperanza que se aferra a algun deseo ilusorio por cumplir, para al igual que ese sueño, desaparecer lentamente hasta ser invisble.
La capucha puesta sobre su cabeza, le protege de las caricias de ese viento suave y frío que con mimo vacío le regala aquella silenciosa noche invernal, ocultando su rostro, como se oculta la pena con una falsa sonrisa.
Una madrugada más de aquel proceso mecánico en bucle llamado rutina, una madrugada más camino a ese presidio forzoso, a esa obligación vitalicia para...
El suave vaho que sale de sus labios con cada respiración, se eleva hacia el cielo nocturno, como la esperanza que se aferra a algun deseo ilusorio por cumplir, para al igual que ese sueño, desaparecer lentamente hasta ser invisble.
La capucha puesta sobre su cabeza, le protege de las caricias de ese viento suave y frío que con mimo vacío le regala aquella silenciosa noche invernal, ocultando su rostro, como se oculta la pena con una falsa sonrisa.
Una madrugada más de aquel proceso mecánico en bucle llamado rutina, una madrugada más camino a ese presidio forzoso, a esa obligación vitalicia para...