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EL AMOR INFINITO DE UNA MADRE❤️
En un pequeño pueblo perdido en medio de la nada, vivía una madre solitaria y dedicada a su único hijo. Desde que nació, ella había hecho todo lo posible por garantizar su felicidad y bienestar, sacrificando incluso su propia comodidad y tranquilidad.

La madre, cuyo nombre era Eris, se dedicaba a cultivar extrañas plantas en un jardín secreto detrás de su casa. Estas plantas, conocidas por su polisemia, tenían la capacidad de cambiar de forma y función según las necesidades de quien las utilizara. Eris las utilizaba sabiamente para curar enfermedades y aliviar dolores, pero siempre con precaución, ya que su poder era inmenso y peligroso si se usaba de manera incorrecta.

Su hijo, llamado Rylan, era un niño sensible y soñador, pero también frágil y enfermizo. Desde pequeño había sufrido de diversas enfermedades que amenazaban su vida constantemente. Eris dedicaba su tiempo y energía a cuidarlo y protegerlo, sin importar cuánto esfuerzo le costara.

Una noche, mientras todos dormían, un extraño visitante llegó al pueblo. Era un ser de otra dimensión, un ser de polisemia desconocida para los habitantes del lugar. Se había separado de su propia realidad y buscaba desesperadamente un lugar donde poder volver a ser uno con su verdadera forma.

Al sentir su presencia, Eris supo que algo terrible estaba por suceder. Se levantó de su cama y corrió al jardín, donde encontró al ser extraño luchando por mantener su forma errática y cambiante. Sin pensarlo dos veces, Eris tomó una de sus plantas más poderosas y la ofreció al ser, rogándole que aceptara su ayuda.

El ser, agradecido, tomó la planta y la consumió rápidamente. Al instante, su cuerpo comenzó a estabilizarse y su forma se hizo más sólida. Eris observaba maravillada cómo la polisemia de la planta actuaba sobre el ser, devolviéndolo a su verdadera identidad.

Pero la polisemia de la planta era impredecible, y en su intento por restaurar al ser, también provocó un cambio en ella misma. La planta, que antes era curativa, ahora tenía propiedades venenosas que amenazaban con acabar con la vida de Eris.

Desesperada, Eris se dio cuenta de que solo había una forma de salvarse: debía sacrificar su propia vida para salvar la de su hijo. Sin dudarlo, tomó a Rylan en sus brazos y lo llevó al jardín, donde lo dejó cuidadosamente sobre la tierra.

Con lágrimas en los ojos, Eris se despidió de su amado hijo y tomó la planta venenosa en sus manos. Sin vacilar, la consumió y se dejó caer al suelo, sintiendo cómo su cuerpo se iba apagando lentamente.

Rylan despertó al día siguiente, rodeado de plantas extrañas y silencio sepulcral. Al buscar a su madre, solo encontró su cuerpo inerte y una extraña sensación de paz en el aire.

Desde ese día, los habitantes del pueblo recordaron a Eris como la madre que lo dio todo por su hijo, sacrificando incluso su propia vida por él. Y la polisemia de las plantas continúo creciendo y cambiando, recordándoles que el poder puede ser tanto una bendición como una maldición.


Libélula 🦋
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