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CUANDO ES MEJOR SOLTAR
Hola, amigos(as) de WRITCO. Como ya saben, esta plataforma se basa en escritores que expresan su sentir a través de redacciones personales. El día o la noche de hoy (dependiendo de a qué hora lean esto) les contaré una historia personal.

Actualmente, soy un joven adulto de 20 años que está enfrentando una situación inefable. He aprendido mucho a lo largo de mi adolescente vida y todo gracias a los errores que he cometido.

Solía ser un inocente niño que jamás imaginaba lo duro que era soltar a alguien que amas. Siempre pensé ingenuamente que era algo sencillo. Ustedes saben… es cuando creemos que nada nos importa y sentimos que podemos con cualquier situación.

Cuando cumplí 18 años me enamoré de alguien… y esa persona a día de hoy sigue siendo muy especial para mí.

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Siguiendo con el tema, esa persona me hizo aprender muchas cosas. Entre ellas: no tratar mal a las personas, no resolver los problemas con violencia, no dejar que me falten el respeto, no mendigar amor, etc. Una cantidad considerable de cosas. Pero ojo al dato, no aprendí a las buenas… aprendí a las malas.

¡En fin!

Hace poco tuvimos la última conversación acerca de nosotros y créanme que lo que más anhelaba era sinceridad de su parte. Solo quería que ella me dijera de corazón si íbamos a seguir o no. Aunque hay personas que prefieren evitar las verdades, yo no soy así. Prefiero que me dejen claras las cosas para dejar de accionar en caso de que sea necesario.

Y se decidió todo en esa noche. Mi corazón sintió el impacto y se formó un nudo en mi garganta cuando ella me dijo: “No puedo y no quiero estar contigo porque nunca voy a perdonarte todo lo que me hiciste.”

Y con buen criterio me lo dijo. Fui un mal novio y cometí más errores de los que ella cometió en nuestra relación. Sabía que pasaría tal cosa, pero quería que ella se encargara de bajarme de esa nube que llevaba montando cierto tiempo.

Me quedé pensando un momento y en mi vaga mente se manifestaron miles de pensamientos que me harían reaccionar de una manera cuerda y racional.

Saben… nos había hecho un espacio. Yo esperaba por ella porque me sentía listo para hacer las cosas de la
mejor forma, pero… se me hizo muy tarde para accionar. Me di cuenta demasiado tarde de que podía ser mejor. No me dió tiempo de recuperarla.

Y ahí fue donde me dije a mí mismo: “Tienes que dejarla ir.”

Estaba a punto de llorar y lo único que quería hacer era escapar de ahí. Quería salir corriendo a casa para dejar de suprimir el llanto que estaba por salirse de mi interior.

Me lo tomé con calma y pude hablar un poco más con ella. Antes de que me dijera que “no”, le afirmé y prometí que dejaría de molestarla si ella me rechazaba. Era lo justo porque lo que menos quería era seguirme ilusionando y también quería protegerla para que no siguiera recordando todo lo malo que le hice durante nuestra relación.

Ahí fue donde sonreí y ignoré el dolor que sentía. Tenía clara una cosa. Quería disfrutar los últimos minutos junto a ella.

Saqué mi dispositivo móvil y con buen criterio me acerqué a ella para sacarnos unas fotos. Hubieron muchas risas en ese momento y me sentí vivo y feliz por un momento; pero… en el fondo sabía que cuando se acabase nuestra reunión, el dolor iba a ser inevitable. Era nuestra última reunión… solo que ella no lo sabía. Le mentí diciéndole que no me alejaría… solo quería que nuestra reunión terminara bien.

Cuando el tiempo se acabó y caminamos por última vez, aproveché para pedirle un último abrazo. Tenía tantas ganas de llorar que no tuve mucha fuerza para abrazarla bien. Y ella se fue por su camino y yo… me fui por el mío. De camino a casa iba desangrandome. Estaba tan herido, pero tan consciente de que no quería que alguien me viera destruido. Mantuve la compostura y llegando a casa, me lancé a mi cama a llorar. Estaba consciente de que todo había acabado.

Amigos y amigas… no tengan miedo de buscar respuestas. Es mejor fracasar en el intento que fracasar sin intentarlo. Quizás duela la respuesta que les den, pero el dolor no es para siempre. Y algunos tendrán éxito y podrán recuperar sus relaciones, y de corazón les digo que amen sin importarles las opiniones de las personas. Sean felices. No repriman todo ese amor que se tienen.

No sean personas orgullosas que se dan cuenta de sus errores muy tarde. Si están a tiempo de recuperar a sus parejas, háganlo. No permitan que se les haga tarde porque el arrepentimiento duele.

Se los confirmo yo… que quise recuperar a mi niña con todo mi corazón. A día de hoy me siento miserable sin ella, pero la vida sigue.

Recuerden: “Las rupturas duelen, pero no matan.”

¡Tengan todos un lindo día o una excelente noche!

Se les quiere muchísimo.





© Brione Alessander