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La última promesa - Capitulo 7
Melody estaba sentada a la vera del Lago Nahuel Huapi en una playa que se accedía por Circuito Chico. Cada vez que tenía la oportunidad de visitar Bariloche con su madre, le gustaba tomar mates con ella mirando los cerros cubiertos de vegetación o de nieve (dependiendo la época del año), respirar el aire de aquellos parajes, aire libre del humo de las grandes urbes y disfrutar del silencio.

Esta vez no había ningún reflejo suyo que le hablara. Ella miraba el medallón fijamente. Las lágrimas ya habían cesado y se le habían secado. Los ojos le habían quedado rojos y algo hinchados después de llorar por varios minutos. ¿Ahora qué? Solo tenía dos opciones: desobedecer a su madre y salvarle la vida u obedecerla y perderla por siempre. En las manos tenía un elemento muy poderoso que lo codiciaban no solo el Sindicato de la Magia, sino que los clanes más poderosos (y peligrosos) del mundo escondido. Cualquier ser mágico pagaría una fortuna o haría lo imposible por tener en su posesión ese medallón.

“Tienes que hacerla entrar en razón. ¿La vas a dejar morir así nomás?” Melody se dio vuelta pensando que alguien le estaba hablando, pero no vio a nadie. Todo este asunto de la enfermedad de su madre la estaba afectando, algo que ya llevaba tiempo. El diagnóstico negativo, las sucesivas cirugías y los múltiples tratamientos para tratar de paliar la enfermedad, las idas y vueltas al hospital, las corridas a la sala de emergencia, los medicamentos y sus recetas, etc. Era todo un cúmulo de factores que la tenía a mal traer y quería que todo terminara. ¿Tenía ella la culpa del descubrimiento de sus poderes mágicos? ¿Era eso lo que había causado la enfermedad de su vieja? Melody se agarró la cabeza y respiró hondo, tratando de calmarse.

“Tu madre te lo va a agradecer toda la vida. Solo me tienes que usar una vez y listo” Melody esta vez miró al medallón y observó como brillaba su luz roja y negra. “Lo único que faltaba” pensó. Solo quería un momento de paz y ahora un objeto la trataba de convencer. “Si mi madre no quiere, no lo haré” le respondió Melody. Al menos esta vez no pensaran que está...