El día de San Valentín, celebrado como una ocasión para expresar amor y afecto, a menudo expone una dolorosa realidad: la doble moral que permea las relaciones modernas. Mientras que en público se despliegan gestos románticos ostentosos y declaraciones de amor, en privado puede reinar la indiferencia y la falta de compromiso genuino. Esta discrepancia no solo desvirtúa la integridad de las relaciones, sino que también traiciona los sentimientos de aquellos que confían en la sinceridad y la reciprocidad. La brecha entre la ilusión del romance público y la realidad descorazonadora en privado puede sumir a las personas en una profunda depresión. El contraste entre la imagen idealizada y la cruda verdad de la relación puede erosionar la autoestima y la confianza en el amor. La depresión resultante puede llevar a un ciclo de desesperanza y a una percepción distorsionada de uno mismo y de las relaciones. En última instancia, esta dinámica subraya la importancia de la honestidad y el compromiso genuino en las relaciones, así como la necesidad de abordar la salud mental en un contexto de decepción y desilusión en el día de San Valentín y más allá.

-E.AMT …. Lo pensé en el baño