Querido Diario III
Esperar a mañana es la tarea más tediosa del mundo; llevo extrañándote el día completo y me haces falta, aún pasados los cinco minutos de despedirme de ti. Por mis compromisos, debo verme obligada a enviar un simple mensaje ya de noche, al finalizar con mis actividades, y entonces espero. Observo el reloj que corre a velocidad sosegada, como si se burlase de mis apuros, como si no le importase que yo me perjudique. El sol insiste en no ocultarse, se retiene, pese a que es invierno y la mañana tiene menos horas ya. Las clases podrían ganar un Golden Oscar de "mayor lentitud educativa anual" en los Awards, y aún con ello, el...