Hoy amor mío,
tengo dos cosas para ti,
que necesito
y quiero obsequiarte.
Una,
es temporal,
pasajera,
efímera,
y perecedera,
como todo
lo de este mundo.
Y la otra...
no lo es.

La primera,
es esta medalla,
con evidentes
connotaciones religiosas,
que amo tanto.
Sobre nuestro Señor
Jesucristo,
que como tú sabes,
como cristiano que soy...
significa mucho para mí.
Y como todo lo material,
podría durar, a lo sumo...
algunos miles de años...
en el mejor de los casos.

Y la segunda,
es decirte desde lo más profundo
de mi corazón,
que esto es sólo una mera
muestra insignificante,
de lo mucho que te amo...
con este sentimiento rey...
el más inmortal de todos;
que mientras lo conservemos vivo,
es inmune e invulnerable
al paso del tiempo,
y es capaz de trascender
hasta más allá del corto lapso,
en que estemos de paso,
sobre la faz de este planeta.
Lo que me lleva a decirte,
que claramente,
tú has pasado a ser,
la persona
más importante para mí.
Y que doy gracias a Dios...
por haberte encontrado;
y por llenarlo todo
dentro de mí,
en mi interior...
y también...
por permanecer a mi lado.

© 2024 Sermian
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(Nada material es eterno. Se sabe que los objetos de plástico, si tiene mucha suerte, podría tardar entre cien y mil años en degradarse naturalmente. Elementos de vidrio, podría durar cuatro mil años, siendo afortunados.
Incluso, un metal noble como el oro, puede ser afectado con ciertos ácidos, el agua regia, el cloro, el mercurio y otras sustancias.
Y ni hablar, de los efectos de la energía, las altas temperaturas y presiones, la acción mecánica de colisión y los elementos abrasivos, que pueden destruir rápidamente cualquier objeto material).