...

3 views

"El deseo en la penumbra"
En una pequeña ciudad donde las luces del atardecer se fundían con la noche, Lara y Marco eran una pareja que había perdido un poco de la chispa que una vez los había unido. Tras años de rutina, decidieron revivir la pasión que había quedado oculta bajo el manto del día a día.
Fue en una tarde de viernes cuando Lara, vestida con una blusa ajustada y una falda corta, decidió sorprender a Marco. Ella sabía que la clave estaba en el misterio y la sorpresa. Preparó el ambiente: luces tenues y música suave sonaban en el fondo mientras el aroma a una cena deliciosa llenaba el aire. Cuando Marco llegó a casa, lo primero que notó fue el ambiente; Lara se encontraba en la cocina, moviendo las caderas al ritmo de la música, su figura resaltando cada vez que giraba.
"¿Qué tienes planeado esta noche?", preguntó Marco con una sonrisa curiosa. Lara simplemente lo miró con picardía y lo llevó hacia el comedor, donde la cena esperaba.
La cena transcurrió entre miradas cómplices y risas. Lara sabía que había llegado el momento de intensificar el deseo. Se levantó de la mesa y se acercó a Marco, su boca a un centímetro de la suya. "¿Te gustaría un postre especial?", susurró. Con cada palabra, su aliento cálido acariciaba los labios de Marco, quien no pudo resistirse y la besó, profundo y lento.
Sin perder el ritmo, Lara lo guió hacia la sala de estar, donde una suave manta estaba extendida sobre el sofá. Con un empujón juguetón, hizo que Marco se sentara, y se inclinó frente a él, sus ojos fijos en los de él, llenos de deseo. Su mente estaba en llamas mientras su cuerpo recorría las curvas de su figura, y un escalofrío lo atravesó.
Lara, con una sonrisa traviesa, se puso de rodillas frente a él, lentamente desabrochando su cinturón. La tensión se palpaba en el aire. Una vez liberado, Lara tomó un momento para observarlo, disfrutando de la anticipación, antes de acercarse aún más. Con un toque suave, ella acarició suavemente la parte interna de sus muslos, provocándole un suave gemido.
"¿Te gusta lo que ves?", preguntó Lara, su voz un susurro seductor.
Marco asintió, embelesado, mientras Lara continuaba su travesía. Con movimientos lentos y precisos, su lengua comenzó a explorar suavemente, lamiendo con devoción. La combinación de calor y deseo llenaba la habitación, creando una atmósfera cargada de placer. Sus labios se cerraban alrededor de él, creando un ritmo que lo dejaba sin aliento.
Marco, perdido en la experiencia, sintió cómo cada caricia de Lara lo acercaba más al clímax. Ella sabía exactamente cómo jugar con su cuerpo, subiendo la intensidad y luego disminuyéndola, haciéndolo suplicar por más. La conexión entre ellos se reforzaba con cada momento, cada gemido, cada mirada ardiente.
Lara, sintiendo el creciente deseo de Marco, decidió que era momento de dar un giro a la noche. Lo levantó y lo llevó hacia el dormitorio, donde el ambiente estaba preparado para dar rienda suelta a la pasión. Las sábanas suaves y el aroma a velas encendidas creaban un refugio perfecto para explorar su deseo.
Esa noche, Lara y Marco se entregaron por completo el uno al otro, redescubriendo los rincones de su amor. En una danza de cuerpos, cada beso y cada toque los llevaban más allá de lo físico, hacia un lugar donde solo existían ellos dos, dejando atrás la rutina y el pasado.
Al final de la noche, exhaustos pero satisfechos, se abrazaron, sabiendo que habían vuelto a encender la chispa que, aunque apagada por un tiempo, jamás había dejado de existir por completo. La promesa de nuevas aventuras y exploraciones llenaba el aire, mientras ambos se sumían en un profundo sueño, con una sonrisa en sus rostros.

© All Rights Reserved to Elean Hdez