En las arenas doradas del Atlantis, dos almas se amaron con fervor,
Unidos en un lazo inquebrantable, en un mundo donde reinaba el amor.
Pero las olas del destino implacable los separaron en su furia,
Dejando atrás un amor profundo, una historia que aún perdura.

El destino era caprichoso, un giro oscuro llegó,
El Atlantis se hundió en el océano, su mundo se desvaneció.
Las aguas turbulentas los arrastraron en direcciones distintas,
cada uno luchando por sobrevivir en un mar de penas infinitas.

Bajo las olas danzantes, sus promesas quedaron sepultadas,
envueltas en abrazos de corales, en un baúl de sueños enterradas.
Las criaturas marinas, testigos de su historia de pasión,
nadan con susurros de antaño, en un eterno buceo de emoción.

Así, en el abismo marino, su amor perdura en silencio,
Unidos en el corazón, a pesar de la distancia y el tiempo.
El Atlantis puede haber caído, pero su amor sigue en ascenso,
navegando en las olas de la eternidad con un lazo inmenso.

© Coloso de Rodas