"Un regalo para Alania"
El padre Zeus quería conquistar el corazón de Alania la Diosa de los Siete Cielos, pero no sabía cómo lograrlo. Se fue a pensar un rato a solas y se dio cuenta de que estaba aburrido de ver siempre el mismo panorama. Decidió experimentar con su imaginación, ya que todo aquello que él imaginaba se hacía realidad. Le puso más color al universo y quedó encantado con el resultado: había uno galaxias, auroras y mil planetas diferentes en colores, tamaños y formas. Aunque Alania quedó encantada, aún no le entregaba su corazón a Zeus, por lo que se fue un poco confundido de nuevo a su trono a pensar qué más podría hacer para ganar el corazón de aquella diosa.
No se le ocurría nada aún y se quedó observando un átomo que parecía tener vida propia... Se movía, circulaba, subía, bajaba, rotaba, y entonces una nueva idea llegó a su mente: ¿Y si imaginaba que todos los átomos de la creación tuvieran vida propia e hicieran lo que quisieran? Así fue. Con su voz de trueno, el Dios del Universo dio la orden de que todo átomo existente desde ese mismo momento fuera libre de ser y hacer su voluntad hasta que él diera la orden de detenerse. La orden se cumplió y el universo, compuesto de infinitos átomos, creció y creció, multiplicándose de forma tan alterna que...