Déjame transformar tu hermosura en letras.
Déjame recalcar cada curva de tu ser en las hojas de mis pensamientos.
Quiero plasmar lo divino de tus pecas, tus lunares y cada pequeña imperfección que te hace perfecta ante mis ojos.
Déjame ser la oscuridad que sucumbe ante el brillo de los tuyos. Porque tus ojos son como soles, como estrellas incandescentes.
Déjame suspirarte cada mañana, pues es tu aroma la mezcla del aire que respiro.
Déjame sentirte como la energía de mis piernas para avanzar cada día más a la cúspide de lo magnífico. Y la de mis brazos para escalar hasta llegar a ti.
Permíteme crecer para poder estar a tu altura.
Ser mas para no verme menos a tu lado.
Y soñar hasta que todo se haya realizado.
© Luismar Soto