El arrastraba el cuerpo de su amada sin ningún tipo de expresión en su rostro, pero sintiéndolo todo por dentro.

Caminaba hasta llegar a una parte desolada del bosque.

Puso a su amada a un lado y comenzó a cavar hasta hacer un hueco lo suficientemente grande para que el cuerpo de su amada pueda estar.

Cabo hasta que terminó, tomó el rostro de su amada y le comenzó a hablar.

—Querida Mary no quería hacerte esto, no quería. Pero tampoco podía permitir que te fueras con ese hombre, no puedo permitirlo.

—por eso es mejor que estés muerta porque aquí si podré vijilarte, aquí si podré cuidarte.
Aquí no podrás escapar.—Decía con una sonrisa la más grande que podía haberse visto en el rostro del hombre.

Sin más ni menos tiro el cuerpo de la mujer en el gran hueco, se sentó a un lado.

Y destapó una gran botella de whisky, había robado el dinero de su amada.

Bebió hasta embriagarse.

Más tarde se levantó para tapar el hueco donde yacía el cuerpo de su amada tomó la pala y comenzó a tirar arena más tarde sintió un gran dolor en la parte de atrás de su cabeza. Y todo se volvió negro para el.

El hombre miraba los dos cuerpos.

—Oh querido amigo nunca me tomé el tiempo de conocerte pero hacerle esto a mi dulce Mary es algo asqueroso, la quería pero no muerta.

—ahora los dos vivirán para siempre, ¿No eras eso lo que querías querido amigo?
Oh lo siento, no puedes hablar pero sé que si lo querías así.

El hombre con su pié tiro el cuerpo del hombre al hueco y comenzó a terminar el trabajo que el otro hombre había comenzado, solo que ahora el cuerpo del hombre estaba junto con su amada.

Terminó de rellenar el hueco y tomo la botella que tenía el hombre, tomo la pala y se fue mientras cantaba.
© Nicauris M.