...

5 views

SLP
Es curioso cómo a las personas les resulta fácil acostumbrarse a ser hipócritas y juzgar a otros cuando su propia existencia es mediocre. Aparentan ser buenas personas; algunos hasta se comportan como si fueran coaches de vida. Dan consejos que ni siquiera ellos mismos siguen y creen que con ello muestran moralidad, dignidad e inteligencia, cuando en realidad están evadiendo su propia oscuridad y siendo desleales consigo mismos. Cuando alguien les muestra la verdadera oscuridad, se asustan, se desequilibran y quedan ciegos, sin darse cuenta de que sus rezos están dedicados a sus propios demonios.

Sus elecciones tienen consecuencias que ni siquiera logran vislumbrar, porque todo se regresa; como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Cuando ves los ojos del demonio, ellos te ven dentro de ti, y si no tienes ni un poco de valor para aceptar lo que eres, no tendrás valor para nada más.

En este vasto y perturbado mundo, nos cruzamos con individuos que parecen haber perdido por completo el sentido común. Sus acciones y decisiones nos sumergen en un mar de insensatez y nos hacen cuestionar la razón de su existencia. No logran ver que su vida solo pasa como una hora de misa en una iglesia de un pueblo mágico.

Después de las personas que hacen ruido al comer, las personas que aparentan ser seres de luz y, aún peor, personas "religiosas", deberían broncoaspirar en la noche. Sin embargo, a pesar de la frustración y el disgusto que generan, debemos recordar que cada uno tiene su propia percepción del mundo.

Tal vez, en su universo distorsionado, la falta de sentido común tenga alguna explicación retorcida. Así como las cucarachas cumplen su función, ellos también. Ya tenemos bastante con la lucha interna que muchos enfrentamos y las caídas que hemos superado, todos estamos enfrentando nuestras propias guerras como para permitir que algunas personas, cuyo cerebro solo les da para comentarios superficiales, den una opinión sobre nosotros.
© Luis Julián Veloz