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La Brújula Maldita (IV)
Capitulo 4: Descifrando Las Pistas de Barbanegra

Jack Sparrow se lanzó al abordaje, seguido de cerca por "Ojo de Halcón" y "La Viuda Negra". Los tres piratas escalaron la cuerda que unía los dos barcos con una agilidad felina.

En la cubierta del Bergantín, los piratas enemigos se sorprendieron por el repentino ataque. No tuvieron tiempo de reaccionar antes de que Jack Sparrow empezara a sembrar el caos con su espada.

"Ojo de Halcón", desde un punto alto, disparaba sus flechas con una precisión mortal, derribando a los piratas uno por uno. "La Viuda Negra", con su fuerza bruta y su ferocidad, abrió un camino de sangre entre los enemigos.

La batalla en la cubierta del Bergantín fue sangrienta. Jack Sparrow luchaba con valentía, esquivando ataques, bloqueando espadas y asestando golpes certeros. "Ojo de Halcón" y "La Viuda Negra" lo apoyaban sin descanso, eliminando a los piratas que intentaban flanquearlo.

Sin embargo, en medio de la batalla, un ballestero enemigo logró disparar una flecha que hirió a Jack Sparrow en el hombro. El pirata gruñó de dolor, pero no se rindió. Siguió luchando con la misma determinación, aunque la sangre comenzaba a manchar su camisa.

Finalmente, después de una lucha encarnizada, Jack Sparrow, "Ojo de Halcón" y "La Viuda Negra" lograron derrotar a los piratas del Bergantín. La cubierta del barco enemigo estaba llena de cadáveres, y los pocos supervivientes se lanzaron al agua aterrorizados.

Jack Sparrow, exhausto y herido, se acercó al timón del Bergantín y lo tomó con una mano firme.

Victoria: ¡El Bergantín es nuestro!", gritó a todo pulmón.

En ese momento, Anabella apareció en la cubierta del Bergantín, y corrió hacia Jack con la mirada llena de preocupación:

"¡Jack! ¿Estás bien?"

"Un poco dolorido, pero bien", respondió Sparrow: Lo hemos logrado, bella Anabella. ¡El Bergantín es nuestro!"

Unas horas más tarde, El Ave Fénix, maltrecho pero victorioso, navegaba de nuevo por las aguas cristalinas. La tripulación, exhausta pero exultante, celebraba su triunfo sobre el barco pirata. Anabella, con la adrenalina aun corriendo por sus venas, se dirigió a Jack Sparrow, quien se encontraba costado en la cubierta, con el hombro vendado y una mueca de dolor en el rostro:
"Jack, ¿cómo te encuentras? La herida parece grave."

"No te preocupes, bella Anabella", respondió Jack. "Solo es un rasguño. Un pequeño precio a pagar por una gran victoria."

"No minimices la gravedad de la herida.", dijo Anabella.

Jack Sparrow, agitando la mano con desdén, respondió: "El Doc ya me ha curado lo suficiente. Solo necesito un poco de ron y una buena historia para olvidar el dolor."

"Está bien, Jack", suspiró Anabella. "Pero no te esfuerces demasiado. Necesitamos tu astucia para descifrar las pistas que nos dejó mi abuelo Barbanegra."

Jack Sparrow, con una mirada traviesa en sus ojos, afirmó: "Ah, Barbanegra, el viejo pirata más astuto y despiadado de todos los tiempos. Sus pistas no serán fáciles de descifrar, pero yo tengo un don para los enigmas."

"Espero que tengas razón, Jack", dijo Anabella, esperanzada. "El tesoro legendario está en juego."

En ese momento, "Ojo de Halcón" se acercó a Anabella y Jack, sosteniendo un pedazo de papel viejo y amarillento:

"He encontrado esto en el barco pirata", informo "Ojo de Halcón". "Creo que podría ser otra pista de Barbanegra."

Anabella tomo el papel con interés: "Déjame ver". Llevó el papel a la luz del sol y comenzó a leerlo en voz alta: "Navega hacia el este, donde el sol se levanta primero. Busca la isla con forma de calavera, donde la brújula se vuelve loca. Sigue el canto de las sirenas, y encontrarás la entrada a la cueva secreta"

Con una sonrisa triunfante, Jack exclamo: "¡Lo sabía! Barbanegra siempre dejaba pistas ingeniosas. La isla con forma de calavera, la brújula que se vuelve loca, el canto de las sirenas... ¡Esto es un mapa del tesoro!"

Con un brillo de emoción en sus ojos, Anabella pregunto: "¿Estás seguro, Jack?"

Y Jack Sparrow exclamó con absoluta seguridad: "¡Completamente, bella Anabella! ¡Este mapa nos llevará al tesoro legendario!"

La tripulación del Ave Fénix estalló en vítores, contagiada por el entusiasmo de Anabella y Jack. Habían pasado por pruebas y peligros, pero finalmente estaban cerca de su objetivo. La brújula maldita los había guiado hasta aquí, y las pistas de Barbanegra los conducirían al tesoro.

Continuará...

© Roberto R. Díaz Blanco