" La Dama de los Lobos"
En un remoto pueblo rodeado de densos bosques, la leyenda de la Dama de los Lobos era conocida por todos. Se decía que una mujer de extraordinaria belleza y habilidades sobrenaturales podía comunicarse con los lobos y que, a la luz de la luna llena, lideraba a una manada que protegía el bosque de intrusos.
El joven cazador, Axel, había crecido escuchando historias sobre ella. Desde pequeño, había sentido una atracción por la naturaleza y un respeto profundo por los animales. Sin embargo, su ambición de demostrar su valentía lo llevó a adentrarse en el bosque en busca de la Dama. Quería conocerla y, si era posible, ganarse su respeto.
Una noche de luna llena, Axel se armó con su arco y un par de flechas, decidido a encontrarla. Mientras caminaba entre los árboles, el aullido de los lobos resonó en la oscuridad, guiándolo hacia el corazón del bosque. A medida que se adentraba más, la atmósfera se volvía más densa y mágica. De repente, un grupo de lobos apareció ante él, sus ojos brillaban como estrellas en la noche.
Axel, en lugar de asustarse, se detuvo y observó. Los lobos no mostraban signos de agresión; al contrario, parecían estar esperando a alguien. Fue entonces cuando la Dama de los Lobos emergió de las sombras. Su cabello largo y plateado brillaba bajo la luz de la luna, y su mirada era profunda y sabia.
—¿Por qué has venido, cazador? —preguntó con una voz suave pero firme.
Axel, sorprendido por su belleza...
El joven cazador, Axel, había crecido escuchando historias sobre ella. Desde pequeño, había sentido una atracción por la naturaleza y un respeto profundo por los animales. Sin embargo, su ambición de demostrar su valentía lo llevó a adentrarse en el bosque en busca de la Dama. Quería conocerla y, si era posible, ganarse su respeto.
Una noche de luna llena, Axel se armó con su arco y un par de flechas, decidido a encontrarla. Mientras caminaba entre los árboles, el aullido de los lobos resonó en la oscuridad, guiándolo hacia el corazón del bosque. A medida que se adentraba más, la atmósfera se volvía más densa y mágica. De repente, un grupo de lobos apareció ante él, sus ojos brillaban como estrellas en la noche.
Axel, en lugar de asustarse, se detuvo y observó. Los lobos no mostraban signos de agresión; al contrario, parecían estar esperando a alguien. Fue entonces cuando la Dama de los Lobos emergió de las sombras. Su cabello largo y plateado brillaba bajo la luz de la luna, y su mirada era profunda y sabia.
—¿Por qué has venido, cazador? —preguntó con una voz suave pero firme.
Axel, sorprendido por su belleza...