Escape
Érase las 18 horas de un domingo templado y despejado. Varias personas estaban debajo de unos árboles tomando mates y contando las mismas anécdotas por enésima vez en el día alrededor de una larga mesa rectangular de madera que tenía varios años de uso. Unos jóvenes estaban jugando al fútbol con dos troncos grandes improvisados como arcos mientras Gabriel contemplaba el último rayo de Sol que se filtraba entre los pinos e iluminaba la piscina.
Probablemente, sean las últimas horas de él en la casa de campo ya que la iban a poner en venta por los altos costos de mantenimiento y porque cada vez iban menos. Las reuniones en...
Probablemente, sean las últimas horas de él en la casa de campo ya que la iban a poner en venta por los altos costos de mantenimiento y porque cada vez iban menos. Las reuniones en...