En un tiempo ya pasado, un cuento quedo olvidado, contado por trovadores y cazadores, aquellos que caminaban y encontraban, todo rastro de maravillas perdidas y escondidas, metidas en brillantes, destellantes cajas de cristal, donde no se veía ningún mal.

En un camino de coloridas plantas se notó, un aroma que nunca se olió, parecía embelesar y llamaras a todos los caminantes, a todos los amantes, de aquellos lugares fascinantes, era fantasía, era melodía, era poesía y simple armonía.

En el lugar no se veía de donde surgía, solo se intuía, que venía, de una hermosa mujer que en esas tierras vivía y siempre vestía con hermosos trajes que relucía, con un aura de alegría y sabiduría, muchos la buscaron, pero no la encontraron, muchos la desearon, pero abandonaron, esa búsqueda incesante.

Un día un joven decidió, seguir la sinfonía, que dejaba ese aroma de frágil dulzura y cordura, se encaminó entre la espesura del frondoso lugar, sin saber que podía encontrar, tras días de caminar, se encontró un lago donde descansó.

En la noche escucho el retumbar, el sonar, de una melodía cercana, el decidido fue a lo desconocido, encontrando un lugar con un mar de rosas plantadas y hermosamente cuidadas, ante los pies de un árbol que guardaba y cuidaba a las plantas más hermosas y grandiosas.

Una hermosa mujer de cabellos dorados, salió a su encuentro, él fatigado y agotado se desmalló, al despertar no sabía dónde se encontró, solo observó y admiro la belleza de unos ojos brillantes que le miraban.

La mujer lo había ayudado y se había enamorado, al igual que el joven que se encontraba y espera el momento para besar y abrazar a esta bella dama de la que se enamoró y con la que se casó, el perfume a rosas lo había llamado, un joven que no busca y necesitaba, aquello que desean los mortales normales.

El perfume de esta hermosa mujer cuyo nombre no se revela era la que lo había salvado y llevado a la paz que ansiaba.

El perfume de rosas era el camino del amor.

Por Ángel De la Muerte✒️
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