Alex
 
—¿Hola?— respondo el teléfono algo intrigado, porque no conozco el número del que me están llamando.
 
—Por Dios, Alex, hasta que por fin me coges la llamada— hay solo una persona en el mundo con esa insoportable voz: Vanessa. —¿Por qué no respondías?
 
—Vanessa, no me gusta atender llamadas de números que no conozco.
 
—Bueno, respondiste ahora, ¿cierto?
 
—Sí, lo hice porque pensé que tal vez era una emergencia.
 
—Oh, y lo es, créeme. ¿Por qué otra razón hubiera insistido tanto?
 
Decidí no responder, por que conocía las "emergencias" de esta chica; probablemente necesitaba ayuda para decidir qué color de labial le iba mejor a esta hora del día.
 
—Dime, Vanessa— le digo lanzando un suspiro, —¿qué es tan importante?
 
—Tú, Alex, ¿de qué otra cosa podría tratarse? Estoy muy preocupada por ti.
 
—Hey, te lo agradezco, pero no tienes por qué...
 
—Oh, ya lo creo que sí. Esta mañana te veías muy preocupado. Te pregunté si había pasado algo y murmuraste una excusa que no me convenció y ni siquiera la entendí bien. Y es por eso que te llamo.
 
—No debo haber dicho nada coherente, lo sé. Pero te...