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UNA REINA EN LA EDAD MEDIEVAL
■■ HISTORIA DE :
UNA REINA EN LA EDAD MEDIEVAL


Este es un trabajo inspirativo compartido con mi apreciado amigo poeta A.Juniors.


En esta historia existo en un palacio o castillo de la edad medieval.
Era una mujer esbelta y orgullosa de mi rango social.
Me siento importante en la realeza de esa familia donde me encuentro, yo diría que era vanidosa.
Me encantaban mis trajes, las telas, los colores, los bordados, las pinturas, los encajes ó cintas que se usaban para combinar y decorar.
Sentia mucha fascinación por todo esto.

Era importante sentirse respetable y con cierto poder, me sentía glamorosa y comoda con mi presencia. Realmente disfrutaba de eso, era hija de un rey, era su primera hija y eso me daba importancia dentro del sistema. Recuerdo a mi padre como un hombre no tan alto, no tan blanco, con pelo negro y cuidada barba. Y muy admirado por mí.
Aunque no se compartía mucho con él, Ni se compartía en familia.
Porque no existia un valor familiar, todo se trataba de un rango.
Donde teníamos nuestros propios espacios, con todo lo que comodamente podíamos tener por derecho.
Mis espacios eran exclusivamente de mujeres, no hay muchos hombres cerca, excepto en las afueras del recinto donde se habitaba, en el castillo.

Durante mi niñez soy asistida por una mujer adulta y muy severa, que me educaba y me enseñaba a como pensar y como comportarme. Esto era para mi poco entendimiento, mucha presión emocional.
Mi padre me visitaba durante mis clases, para ver mi progreso, él quería que fuera una señorita acorde a la realeza.
Él quería que yo entendiera lo importante que era ser una reina.
Yo lo amaba, y aunque solo deseaba ser amada por él, él no lo hacía posible. Verlo llegar me emocionaba y me daba cierta esperanza de recibir un poco de atención de él hacía mí.
Pero todo siempre era muy frio. Su único propósito era ver mi mejoramiento social y personal. Aún cuando yo sentía un lazo emocional muy fuerte hacia él. Que era reprimido por su indiferente mirada.

Cuando él se alejaba me dolía el alma y me sentía muy triste, y mi educadora me decía que debía ser fuerte y debía moldear mi caracter con fuerza.
Porque yo era diferente a cualquier otra persona de allí.
Yo era una personalidad de la realeza, que necesitaba educación especial y diferente.
Este entrenamiento educativo fue moldeando mi personalidad en la medida que crecía.
Mi padre solo se sentiría orgulloso de mí, si yo demostraba caracter y fortaleza. Y si sabía mantenerme erguida y firme ante el mundo. Solo así sería digna de la corona.
Y mi madre solo acataba lo que decía mi padre. Todos debíamos obedecer.
La ley era de los hombres. Y el jerarca mayor las distribuía y asignaba todas y a todos. Y debía ser un orgullo pertenecer a su jerarquia.
Existia un control absoluto dentro de lo que él manejaba. No sucedía nada que él aprobara o desaprobara. De otra manera, se resolvía con castigo y muerte.

Aunque mi madre disfrutaba de las atenciones de la servidumbre y exigía el orden de nuestros espacios. No era una persona feliz.
Ella era concubina del rey, quien era mi padre.
No tengo hermanos directos con ella, pero si existian de otras concubinas de mi padre.
Mi madre se veía fragil, quizás deprimida o enferma, le gustaba aislarse de mi presencia, quizás porque sufría en silencio.
Yo me veo siempre sola, con la servidumbre, no se compartía mucho otros intereses familiares.
Se nos permitía poco andar por todo el castillo, habían jardines para nuestro esparcimiento. Era un lugar donde me gustaba pintar y admirar las flores y las aves, mientras disfrutaba reposar recostada en los arboles ó caminar entre ellos.

Ya comenzando a ser adulta, mi padre decide que es su deseo que me case, con un miembro de su parlamento. Un hombre de 35 años, muy dedicado a su labor y muy confiable para él.
Fuimos presentados en una pequeña recepción familiar, donde él me sonreía y yo lo observaba.
Me pareció atractivo, aunque no se lo demostré, no me pareció tan mala la situación. Y mi madre junto a mí, me decía que eso era lo correcto.
Mi padre prometió hacer publico mi nombramiento de reina durante la ceremonia matrimonial.
Yo considere bastante bueno ese momento, todo lo que acontecía me dió un poco de ilusión.
Estaba teniendo la atención de mi padre para mí, en aquellos momentos, y eso me hacia feliz.
Aunque no podía demostrarlo como yo lo deseaba.
Pero ese pequeño gesto de atención hacia mi vida, era importante y novedoso para mí.

Me organizaron una boda con este personaje de la politica de la corona, que acepte entendiendo lo conveniente para la realidad familiar.
Durante mi tiempo de matrimonio con este hombre, recuerdo disfrutar mi vida intima con él, y me era una persona agradable.
Me siento un poco enamorada, pero no tanto como para sufrir por él. No...