Nietzsche nos dejó grandes aforismos determinantes para la filosofia actual. Pero creo que también aportó buenas guías para los aspectos prácticos del día a día. Particularmente me refiero a aquella vez que señaló que una de los daños más terribles para la sociedad era la confusion que se daba entre la causa y el efecto. La gente dice que aquella persona es delgada porque como poco, cuando en realidad la persona en cuestión por ser delgada comía poco. Era su explicación.
Ahora nosotros podemos tomar esa mecánica a nuestro favor e invertir las proposiciones, las partes. Usémoslas en algún fenomeno para que se actúe a nuestro favor. ¿Qué ejemplo podría considerar? Pues el de la ansiedad y sus ataques a nuestro organismo. Cuando estamos ansiosos nuestra respiración es acelerada y apenas dejamos entrar aire en nuesttros pulmones. Causa: ansiedad; consecuencia: respiración acelerada. Si nos calmáramos notaríamos que ya no respiramos así, que nuestra respiración, como consecuencia, es mas tranquila. Pues ahora invirtamos esa cadena para lograr la tranquilidad deseada. repiremos mucho aire para conseguir la serenidad, y no al reves. ¿Notaron la inversión? Una situación práctica y benéfica cuyo consejo viene dilatándose desde las palabras del filosofo bigotón.
© Ergo Rodrerich