Había una vez un vecino de al lado que siempre había sido un poco extraño. Nadie sabía mucho sobre él, solo que siempre salía de su casa a altas horas de la noche y nunca se le veía durante el día.

Un día, una joven llamada Sofía decidió investigar un poco más sobre este enigmático vecino. Se dedicó a observarlo a través de su ventana, pero lo único que pudo ver fue que pasaba largas horas trabajando en extrañas máquinas y artefactos.

Intrigada, Sofía decidió acercarse a la puerta de la casa del vecino y tocarla. Para su sorpresa, el vecino la recibió con una sonrisa amable y la invitó a pasar. Una vez dentro, Sofía descubrió que la casa del vecino era un verdadero laboratorio de experimentos científicos.

El vecino le explicó a Sofía que era un inventor y que estaba trabajando en una máquina que podía predecir el futuro. Sofía estaba maravillada por la creatividad y el ingenio de su vecino, pero también se sintió un poco inquietada por la idea de poder conocer lo que le deparaba el destino.

Finalmente, el vecino le mostró a Sofía el funcionamiento de la máquina y le ofreció la oportunidad de probarla. Con el corazón acelerado, Sofía decidió arriesgarse y activar la máquina.

Lo que vio la dejó sin aliento: un futuro lleno de aventuras, sorpresas y desafíos, pero también de amor y felicidad. Sofía se sintió abrumada por la emoción y agradeció al vecino por haberle mostrado esa maravillosa experiencia.

Desde ese día, Sofía y su vecino se convirtieron en grandes amigos, compartiendo sus sueños y descubrimientos. Y aunque el vecino seguía siendo un poco extraño para el resto de los vecinos, para Sofía era simplemente un genio incomprendido con un corazón de oro.


Libélula 🦋
@cronologiasdpensamientos

¿Me decís que moraleja habéis sacado en esta historia ...?
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