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LA REDENCIÓN DE LUCIFER
CAPÍTULO ÚNICO

El apocalipsis había terminado; no había ganadores ni perdedores en los bandos del cielo y el infierno, si bien había bajas en ambos bandos quienes más sufrieron fueron los humanos. La tierra estaba devastada por la lucha del bien y el mal, la tierra había sido el campo de batalla, grandes cataclismos afectaron la tierra, del cielo cayeron bolas de fuego que luego se transformaron en terremotos.
Dios y Lucifer, ambos sentados en sus respectivos tronos rodeados de sus legiones miraban a la tierra por los daños ocasionado; a Lucifer lo embargo la tristeza al ver como Lilith su hermana se desvanecía en los brazos de Sariel su amado.
Lucifer y Dios habían hecho las pases con la promesa de reconstruir el mundo de los humanos, sentado en su trono Lucifer meditaba y pensaba en el dolor de la perdida de su amada hermana.
-Señor, ataquemos el cielo ahora que Dios esta descuidado- Dijo Gomori la demonio del sexo. Gomori es una demonio hermosa, pero no estaba entre las legiones de Lucifer por ser tal cosa, era parte de ellas por ser malvada y despiadada; al ser el demonio del sexo, seducía a los hombres con los placeres carnales, los hacía matarse entre si para obtener los favores de la lujuria.
- ¡Calla Gomori! Que nuestro señor Lucifer esta sufriendo por la muerte de Lilith- Dijo Perséfone reina del inframundo. Perséfone a pesar de ser una demonio ella no quiso serlo ella al igual que Lilith por seguir a su hermano Asmodeo.
-Yo también sufro, mi amado Baal murió a manos de Gabriel, tengo que obtener mi venganza- Dijo Gomori.
- ¡BASTA! - La voz de un fúrico Lucifer hizo que la infierno se estremeciera, al oír a Gomori y a Perséfone discutir.
-Lo siento señor- Dijo Perséfone hincándose frente al trono de Lucifer.
-Dejad de discutir. Hemos tenido bajas en ambos bandos, pero mas afectada ha sido la humanidad, además he dado mi palabra a PADRE. Reconstruiremos la tierra juntos y no quiero que hagan nada a mis espaldas. Ahora dejadme solo- Dijo Lucifer.
De los ojos de Lucifer salieron gotas de sangre negra que al tocar el suelo se convirtieron en rosas negras, símbolo de su dolor. Al verse solo subió a la tierra y camino por las calles de una ciudad; con forma humana para que los pocos sobrevivientes no se asustaran; aprecio la devastación causándole dolor ver personas llorando por su perdida; en otro momento eso le hubiera causado satisfacción; pero al saber que se sentía perder a un ser querido comprendía el dolor humano.
Lucifer camino y caminó por esa ciudad hasta llegar a un barrio, a la distancia vio un pequeño cuerpo que se estremecía, esta al frente de un edificio casi destruido en llamas, al irse acercando y miró con cautela, era el cuerpo de una mujer rubia...
- ¡HEY! ¿Por qué lloras? - Preguntó Lucifer.
La mujer al escuchar esa varonil vos, se estremeció, no supo porque, pero levanto la cara para mirar hacia donde venía la vos y se sorprendió al ver un hermoso y varonil hombre, sus ojos brillaron. Era un efecto particular que causaban los demonios a algunos humanos con su presencia.
-He perdido a mi familia en la lluvia de fuego- Dijo Stephanía.
-Pero tienes más familia- Dijo Lucifer en afirmación.
-No, señor. Mis padres y hermanos eran mi única familia y ese edificio mi único hogar- Dijo Stephanía mirando a Lucifer.
Cuando Lucifer miro a Stephanía su corazón oscuro y negro latió, ni por Lilith que era su hermana había latido así. Lucifer se extraño porque por el salto que dio su corazón eso nunca había pasado, el infierno estaba lleno de demonios hermosas y sensuales, pero ninguna movía nada en él, ellas podían manipular a los hombres débiles, pero no a él.
-Si quieres puedo ayudarte- Dijo Lucifer.
-Se lo agradezco señor, pero mire todo esta destruido- Dijo con dulce voz, pero con dolor una triste Stephania.
-No te preocupes, que yo puedo ayudarte y créeme hasta puedo protegerte- A pesar de que todos los demonios podían manipular la mente humana, Lucifer consideró no utilizar esa cualidad con ella. Había jurado reconstruir la tierra y tenía que empezar por no manipular a los hombres.
-Solo aceptaré en que me ayude a encontrar un lugar seguro donde quedarme señor- Aceptó la chica un poco apenada.
-Mira, empecé mal. No me presenté mi nombre es Ángel y ¿Tu nombre es? - Dijo Lucifer extendiendo su mano.
-Stephanía Moragon- Dijo la chica estrechando la mano de Ángel.
Caminaron un largo trayecto, hasta llegar a otra cuidad menos destruida, encontraron mas sobrevivientes, las mujeres no quitaban los ojos de aquel guapo hombre que caminaba por la calle en compañía de una chica.
-Aquí. Hemos llegado- Dijo Ángel señalando un gran edificio que no estaba destruido obviamente.
-Pe… pero yo no puedo…- Ángel la detuvo.
-No te preocupes soy el dueño de uno de los pent-house de ese edificio, yo casi no lo uso ya que vivió en otro similar así que no me hace falta. Además, si alguien intenta sacarte de ahí se la vera conmigo, vamos- Dijo con determinación Ángel.
Al entrar al edificio se encontraron con unas cuantas personas que lloraban por sus perdidas a Lucifer se le encogió su reanimado corazón al ver la tristeza en esas personas por la pérdida de sus seres queridos; él no sabía que le pasaba porque le afectaba ver el sufrimiento humano, si muchas veces el fue le causante de esos actos y se vanagloriaba de hacerlo.
Lucifer miro a la chica que caminaba a su lado mientras subían al elevador; miro que alrededor de ella brillaba un aura blanca y brillante le sorprendió ya que eran pocas las personas que la poseían. De repente lo recordó solo las almas puras tenían ese tipo de aura. -La protegeré, es un alma pura, no se merece ser corrompida por nadie. Es el aura de un ángel- Pensó Lucifer.
-Hemos llegado-
- ¿Esto es suyo? - Dijo Stephania sorprendida de lo amplio que es el apartamento.
-No. Ahora es tuyo Stephanía. Hay comida y ropa que puedes usar. Todo te pertenece-
-Pero, yo no podre pagarle señor Ángel-
-No tienes porque pagarme. No necesito el dinero y yo ya tengo donde vivir-
-Pero si alguien viene. Alguien de su familia-
-Note preocupes nadie vendrá. Mi hermana Lili, murió igualmente que tu familia, así que estamos solos en este mundo- Dijo Ángel viendo por la ventana como caía la noche.
-Tengo que regresar. Toma este móvil, solamente me envías un mensaje si necesitas algo y yo vendré a ayudarte. Y no quiero una negativa. Los huérfanos tenemos que ayudarnos entre nosotros; ahora si me voy. A soy Ángel de la Mañana; pero solo dime Ángel. No señor-
-Esta bien. Muchas gracias,...