En un reino donde los destinos se entrelazan con los hilos del tarot, dos almas se encontraron bajo la mirada atenta de El Arcano de Los Enamorados. Aquí comienza su historia:

En la tierra de Sefiria, donde los arcanos cobran vida y guían los pasos de sus habitantes, vivían Lyra y Caelum, dos jóvenes cuyos corazones latían al ritmo de un amor predestinado.

Lyra, hija de la sacerdotisa del templo de La Estrella, poseía una belleza etérea y una voz que encantaba a la misma luna. Caelum, aprendiz del herrero bajo la protección de El Emperador, forjaba espadas tan resistentes como su voluntad.

Un día, mientras Lyra recogía flores de loto a la orilla del lago de cristal, Caelum la vio desde la distancia. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, una conexión invisible los unió. Era como si El Arcano de Los Enamorados los hubiera elegido, tejiendo su destino con hilos dorados de afecto y pasión.

Sin embargo, el amor de Lyra y Caelum no estaba libre de desafíos. El destino, caprichoso en su naturaleza, les presentó una prueba: el reino de Sefiria se vio amenazado por una sombra oscura, una fuerza que buscaba romper el equilibrio de los arcanos.

Juntos, decidieron emprender un viaje para encontrar El Carro, símbolo de victoria y coraje, y así enfrentar la oscuridad que se cernía sobre su hogar. A través de bosques encantados y montañas que tocaban el cielo, su amor se fortalecía con cada paso, con cada desafío superado.

Finalmente, en la cima del monte de La Torre, encontraron la luz que disiparía las sombras. Con la bendición de El Sol, enfrentaron la oscuridad, y su amor brilló con la fuerza de todas las estrellas del tarot.

El Arcano de Los Enamorados, testigo de su valentía y amor verdadero, selló su unión con un lazo místico que ni el tiempo ni la distancia podrían romper. Lyra y Caelum regresaron a Sefiria como héroes, su amor convertido en leyenda, una historia que sería contada por generaciones, bajo el resplandor de La Luna.


© Benjamin Noir