Me hace gracia el amor a distancia, el amor ciego, el idealismo que se crea de la persona. La ansiedad que discierne a través de los años sin haberla siquiera visto.

Dicen que el amor que te quita la calma no es un buen amor. Pero el amor de la persona que ni siquiera has conocido y ya estás dando por contado que va a ser así.

Amores de juventud e ignorancia van unidas.

Luego de que te das unos cuantos costalazos te das cuenta de que el amor conlleva tiempo, paciencia y entendimiento mutuo.

Que las cosas hay que hablarlas, que el amor en estos tiempos que corren son escasos, que cada momento con esa persona hay que saborearlo.

Tomarse el tiempo y no entrar a una relación con la primera persona que se cruce es cosa de madurez. No entrar a ella por miedo a la soledad.

Sin pausa pero sin prisa. Aprender a tener independencia emocional y sobretodo, no hacer del corazón una piedra inquebrantable.



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