Mis ojos se han de ver rectos,
tumbado sobra la verde hierba miro de frente al sol abrasador del mediodía,
y mis venas se llenan de hielo.

"Presento saludos negro dragón,
tus ojos rojos jamás sabrán lo que a tu final aconteció"

-Debo escapar de este lugar,
de esta oscura caverna que no me deja descansar;
cientas de hora llevo en un sueño,
miles más he de dormir,
dicen que soy solo un mal recuerdo,
y que busque los placeres del vivir,
pero yo siempre supe desde pequeño
que lo único que puedo hacer es irme a morir.

Sujeto firmemente la legendaria espada,
soy la duda más osada.

"Tu garganta ya cortada,
no puedes hablar;
suplica gimiendo fuego,
por tu vida entera quemada
que ahora has de recordar"

-No sé quién soy,
ni qué es lo quiero,
no hay respuesta a tal confusión
ni emoción que oculte mi demacrado cuerpo tras un velo;
no quiero morir,
no quiero vivir
no busco la eternidad ni el recuerdo
mas miedo me da desaparecer;
odio tanto a los humanos,
y sin embargo sin ellos me siento tan solo.

He matado al dragón,
pero su corazón sigue latiendo;
cada véz más rápido...
como si el dolor de sus heridas le
diese la vida.

"Escúchame muerto,
de tus escamas haré un entierro,
y para que veas al fin las nubes en el cielo,
tu corazón será el alimento del árbol del arrepentimiento."

-Me gustaría ser aire,
aire vacío,
y alcanzando hasta la última grieta de la tierra,
entonar
sin esfuerzo,
una muy perfecta melodía;
volar hasta que me canse
cansar hasta que me vuele...

© León de León