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Jacaranda.
Se distingue por la mirada, se diferencia de las que son vanas, de las que son sabor a realidades.
Pero no son iguales, son claras, y del árbol espectante arranco unas naranjas, dulces como el cristal de azucar;
Como el agua de los ríos, segundos antes de abrirse paso al mar, brillan como nacar, como la madreperla.
Y me recuesto sobre la jacaranda con destellos violeta adornando mi alrededor,
De nuevo siento sed, vacío.... y escucho la niebla prístina,
El sollozo de los laureles acechados, las ramas se mueven como si lloraran; Lloran como si me acompañaran.
Se siente como perderse, un viejo mapa sin rutas trazadas, una rosa de los vientos acardinal.
Es como escalar las ramas y caer, solo amortiguado por la espera de los días que no amanecen.
Pero no son iguales, son claras, y del árbol espectante arranco unas naranjas, dulces como el cristal de azucar;
Como el agua de los ríos, segundos antes de abrirse paso al mar, brillan como nacar, como la madreperla.
Y me recuesto sobre la jacaranda con destellos violeta adornando mi alrededor,
De nuevo siento sed, vacío.... y escucho la niebla prístina,
El sollozo de los laureles acechados, las ramas se mueven como si lloraran; Lloran como si me acompañaran.
Se siente como perderse, un viejo mapa sin rutas trazadas, una rosa de los vientos acardinal.
Es como escalar las ramas y caer, solo amortiguado por la espera de los días que no amanecen.
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