...

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Y entonces, me sucedió!
Y entonces sucedió.
Experimenté el sudor espontáneo, la incapacidad de pronunciar palabra alguna a pesar de tener tanto por expresar. Sentí cómo mi corazón dejó de latir por un segundo, y la sensación que saldría de mi pecho.
Mis pupilas se expandieron, y la sencilla razón fue escuchar con tu propia voz decir mi nombre en voz alta, seguido de un 'te amo'.
Eso, nunca voy a olvidarlo.
© -Allison Serrano-