Bajo la luz dorada, el cuerpo se desliza,
un torbellino de gracia que el alma hechiza.
Cada paso es un susurro en el viento,
cada movimiento, un cuento sin tiempo.

Los dedos se extienden como pétalos de flor,
enlazando historias de amor sin temor.
El corazón palpita al ritmo del compás,
mientras el alma se eleva en un vuelo audaz.

Los músculos se tensan con gracia y fervor,
como hojas mecidas por suave rumor.
Los ojos brillan con una luz interior,
mientras el cuerpo se entrega sin pudor.

En la penumbra, los sueños se dibujan,
cada gesto, una historia que se cruza.
Los anhelos, en cada movimiento, se expresan,
como notas en una partitura que se deslizan.

En este escenario de sueños y pasión,
el universo entero se rinde a la emoción.
En la danza de la vida, encontramos el arte,
y en cada movimiento, late un corazón que parte.


© Leley "Blue"