Llegue al salón de clases y te encontré a solas con un chico muy parecido a mi.
Ahora entiendo, ahora lo puedo comprender;
que en cada beso y en cada caricia tu corazón se hacia fragmentos, se deshacía en partes que yo no fui capaz de imaginar, hasta hoy se que me amaste y siempre esperaste besos y caricias que no te di.
Me amaste, y tu amor fue como el que un niño siente por la luna o la de una niña por el mar.
Orquestaste aquello pero tu fuiste la que lloró más, la que después acabó bañada en llanto.
Yo te espero, aún te espero niña eterna , mi luna de Abril, mi amor sincero.
Aquel chico solo fue un juguete en tus tímidas manos, manos que deseaban ser sueño.
Te amo y amo que me amaras tanto.
Lo suficiente para acabar con mi corazón y el tuyo en un momento.
© Pablo Neftali