No olvidar el antes y el durante
cuando la música apenas en cuna sonaba
melodía armoniosa y un tanto relajante
periodo tranquilo y sereno a paso de infante.

Ritmo acelerado en un tiempo desbocado
de vivencias valoradas y atesoradas a plenitud
,
en donde lo importante siempre descuidado
así nada más...cosas de juventud.

Llega el candor en sugerente cadencia
cuerpos que danzan y que se fusionan
al compás de desatada indescencia
y de sus rincones ninguno perdonan.

En ceremonia con sinfonía de despedida
voces que murmuran anécdotas y recuerdos
de nuestro caminar por el sendero de la vida
en los afines y también en los desacuerdos.

Se termina el embrujo de la fiesta
el bullicio emprende su vuelo,
el cuerpo se relaja para eterna siesta
en permanente morada sumida en el suelo.

...cuando la música acaba...


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