En el vasto silencio del cosmos,
donde las estrellas susurran secretos ancestrales,
allí, en el corazón vibrante del universo,
Shiva danza, señor de la eternidad.

Sus pies descalzos golpean el tambor del tiempo,
creando y destruyendo mundos con cada paso,
en un ritmo que es el aliento de la vida,
y la promesa de renacimiento.

La melena de Shiva ondea en el viento cósmico,
cada hebra una galaxia en espiral,
sus ojos, dos soles ardientes,
penetran el velo de la ilusión.

Con cada giro, con cada postura,
libera almas de la prisión de la ignorancia,
su danza es la danza de la libertad,
una canción de infinita compasión.

El fuego de la transformación rodea su figura,
flamas que purifican y abrazan,
en su danza, la verdad se revela,
la danza de Shiva, la danza del ser.

Y así, en el lienzo del infinito,
Shiva danza hasta el fin de los tiempos,
en una coreografía divina,
donde cada movimiento es un acto de amor.

Que su danza inspire tu espíritu,
a moverse con gracia entre las sombras,
a encontrar la luz en la oscuridad,
y a bailar con el universo, en armonía perfecta.
© Benjamin Noir