Soy el murmullo que danza entre las hojas,
una sombra tenue en la periferia del día.
Estoy aquí,
pero mis pasos son ligeros,
mi voz, un eco que el viento devora antes de llegar.

Ofrezco mi luz como un faro en la distancia,
pero ellos solo ven el mar que los envuelve.
Soy la raíz que sostiene el árbol,
pero su mirada nunca desciende al suelo.
Me desgasto en sus silencios,
como un río que se vacía gota a gota,
sin que nadie note la sequía.

Cargo un cielo dentro,
lleno de tormentas que nadie escucha.
Llueve en mí,
pero ellos solo sienten la brisa,
una caricia leve que nunca incomoda.

En su...