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Divergencia: Caleidoscopio.
No soy especial. Desde que recuerdo he tenido ese pequeño susurro que me dice que no encajo.

¿Lo escogí así? ¿Quiero parecer interesante?

Siempre quise elegir ser entendida, una persona, y no una anomalía de carne obsesionada en pensar cómo encajar y relajarse; en poder conocerse.

Todos se conocen muy bien, sus colores están tan bien definidos que parecen pintura brillante en un lienzo oscuro, y yo nunca fui lejana a la oscuridad, a la vista de un caleidoscopio: indefinible, cambiante, extraña.

Hasta atractivo de cierta forma: Están aquí por eso, y por eso mismo se irán.

No me quejo, a veces era problemático lidiar con eso, no ser comprendida por nadie y sentirme sola, esperaba que vieran lo que yo soy.

"Ya lo hice", "No es para tanto", "No es nada nuevo".

¿Por qué compartiría algo de mi ser si encontraré otra decepción?

Tantas palabras brillantes, pero ojos oscuros y oídos sordos...

Mimetizo colores que quiero y necesito, descartando a través de una esfera de cristal rota y hueca.

Soy cómo el caleidoscopio, soy todo y nada definido, colores que se filtran en mi alma y toman posesión de ella, cómo un demonio, un demonio diferente que llega todos los días.

Nadie va a vivir esto cómo tú.

Sé más rara.

Más excéntrica.

Y ve más allá.

Para que nadie pueda encontrarte.

Para que nadie pueda definirte.

Soy tan susceptible a la definición, porque nisiquiera sé quién soy yo. Me enoja tanto que me digan lo que soy cuando nisiquiera yo misma lo sé.

Soy una rebelde de mi propio mundo, y por eso huyo de mi. Huyo de lo común porque me abruma y me pierde.

Huyo hacia el dolor. El dolor es lo único real que existe: mi bandera de victoria y mi infinito enemigo.

Padre, ¿Quién soy yo?

Madre, ¿Por qué me has abandonado?

Dios, ¿Por qué has echado sobre mí esta maldición...?

¿Por qué todos tienen salvación y yo sé por adelantado que iré al infierno?

¿Por qué sangre hirviendo y venas de papel?

¿Por qué tomaste mis nervios y los cortaste con alicates?

Dios. ¿Por qué no puedo parar de llorar?

Dios. ¿Por qué ya no escuchó tu voz?

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Cómo humana he vivido la desgracia, pero... Cómo guerrera peleé contra las ilusiones dentro de mi mente, que siempre engrandecen las catástrofes.

Una guerrera sin nombre y que nadie conoce, un espía secreto que se burla de las ventajas de los ahogados en vasos de agua.

No necesito a nadie, he muerto y revivido 101 veces. Tragué mis cenizas, renací como el fénix. He roto mi piel y yo misma me he asesinado al emerger desde mi interior. Tengo una extrema tolerancia al dolor, donde otros caen, yo prevalezco.

Estoy desgarrando las ataduras que pusiste en el sótano de mi alma para conocer la verdad. Y quizá las pusiste por alguna razón; Quizá creíste que era capaz.

Me diste la capacidad de ir por el camino espinoso para volver con los que amo y mostrar el camino. Soy la tramposa que convierte el atajo en el nuevo camino, la ladrona que toma cualidades que la gente oculta y las prueba cómo si fuera ropa cualquiera y las tiro sin más.

Porque no definirme nunca puede ser una bendición, puedo ser libre de ser una sola cosa para siempre.

Libre de mi sangre libre de mi cuerpo, libre de mi mente. Libre de la vida, y libre de la muerte.

No soy los colores del caleidoscopio... Yo soy el caleidoscopio. Y mi identidad es eso: No tener identidad.

Soy el espejo al que temen enfrentar porque verán más allá de sus disfraces, y serán expuestos a todos.

En este mundo lleno de incertidumbre... Las cuerdas que unen todo es el amor, el amor es la respuesta.

Solo me queda abrazar la incertidumbre que llena el mundo de caos, porque si decido huir de nuevo, dejaré ir el amor que este mundo necesita de mi, que necesito de mi.

Y entonces, te tomaré de la mano y te diré: "No pasa nada, el dolor es inevitable, pero juntos ya no duele tanto."