NO LE ECHES LA CULPA AL DOLOR

En la trama de la vida, el dolor es un actor,
un maestro oculto, un sabio censor,
que entre susurros oscuros, con rigor,
te guía por caminos de un ser mejor.

A veces, confundimos su papel crucial,
con el tormento que quiebra el alma y la piel,
pero el dolor, en verdad, es el manual
que nos enseña a crecer y florecer.

No le eches la culpa al dolor, amigo mío,
pues tras su velo de lágrimas y suspiros,
se esconde el tesoro del aprendizaje eterno,
el camino que lleva al ser más tierno.

Cuando el corazón se siente herido,
es fácil buscar culpables en el olvido,
pero el dolor nos reta a ser valientes,
a entender que en la vida, somos estudiantes.

Las cicatrices son medallas del alma,
historias escritas en cada calma,
cada capítulo que el dolor dibuja,
nos transforma, moldea, y construye.

No le eches la culpa al dolor, compañero,
más bien abraza su enseñanza con esmero,
descubre su mensaje en cada latido,
y hallarás en su abrazo, el sentido.

Así que, en vez de temerle y culparle,
aprende a abrazarle y a comprenderle,
porque en su eco y en su voz sombría,
se esconde la fuerza que el alma guía.

No le eches la culpa al dolor, mi hermano,
es parte del viaje, el día a día en la mano,
y cuando en la noche te sientas afligido,
recuerda que en su abrazo, hay un crecimiento compartido.


© 🦇One Guy Vampire🦇