He soñado mientras estaba muerta que estaba viva y he sentido que un viento me golpeaba el alma para despertarme de mi eterno sueño resplandeciente.

Las nubes me han estrujado entre sus brazos y me han besado con sus dulces y suaves labios, me han susurrado al oído que despertase.

Pero estoy muerta, muerta en vida. He gritado pero no podía hablar, mis párpados pesaban mientras las nubes me decían "Despierta, despierta, es hora de despertar".

Pero no puedo hacerlo, si mi cuerpo está allá y mi mente sunanbula entre el mundo de los vivos y los no vivos.

Tendré que hacer lo que hacen las aves, volará mi cuerpo hasta encontrarse con mi alma moribunda para pellizcarle las mejillas y gritarle como las nubes y acariciarle como me acariciaron las nubes y rogarle.

Rogarle que vuelva a mí.

Para volver a existir, para aprender a vivir...como fue en abril, y abrir los ojos y dejar de morir una y otra vez entre el limbo que me muerde los labios.

Y me hace sentir muerta en esta penumbra mientras aún estoy viva entre las flores.

Entre los árboles y entre los bosques.
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