¿Qué son las huellas del alma, sin la insania del mundo acechando?; como un Sauvignon que se abre paso entre las falanges y vicisitudes de una vida traicionera. Qué son las huellas del alma, sin el sabor entusiasta de una púber entregada al placer del descubrimiento; ¿Acaso colón no piso las tierras vírgenes de la cepa del olvido?, ¿Acaso el cuerpo y el mar de tal Odiseo no persiguieron el pecho de Calipso?...

Qué son las huellas en el alma, si el cuerpo no las puede contar, que son los amores de toda una vida, sin el alma, sin recuerdo, sin el flashback; como un peligroso ocaso, que atrapa sueños y se convierte en cualquier carnaval, como las risas malditas de la gente que no te quiere y sonrie solo por quedar bien nada más, ¿Acaso Josefina no hizo de su sexo un bacanal?

¿Quién se atreve a contar las huellas del alma sin intentar fallar?. Como los ofidios venenosos que de novia tuviste y prefieres olvidar, como las huellas en tu espalda victimas de mi maxilar; ¿Acaso Hannibal Lecter no mordió sus manos al tratar las huellas de contar?,

¿Qué enigmas guardan tus labios infinitos?; que mi alma se sonroja cual novato que entra al partido sin calentar. ¿Acaso las huellas del alma no se pueden contar?; De que sirve contarlas, si tu cuerpo y tu alma, sin registro, sin rastro, ya en la vida no se encuentran nunca, nunca más… !
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