Marzo (mi propio otoño eterno)
La primera vez que mis ojos sintieron el cielo,
el brillante verano aún era el dueño del tiempo,
pero yo guardé tan sólo sombras en los recuerdos
y mil sueños gastados por mi propio otoño eterno.
Anhelaba ver el surgimiento de un crudo invierno,
con furia deshojando tantos marchitos deseos.
Sin fé en florecer por...
el brillante verano aún era el dueño del tiempo,
pero yo guardé tan sólo sombras en los recuerdos
y mil sueños gastados por mi propio otoño eterno.
Anhelaba ver el surgimiento de un crudo invierno,
con furia deshojando tantos marchitos deseos.
Sin fé en florecer por...