Un yo. Un tú
En un entre tú y yo,
Te susurraré trinos de sinsonte
Que pueden ser canto de sirena o llanto de león.
Pero no hay cobardía solitaria más hiriente
Que la cobardía de no sabernos ni tú, ni yo.
Voy a susurrarte los lamentos de un enjambre, o los lagos muertos de un país sin sol, sabiéndose ganador,
Si de ganar dependiera la vida o las ganas de matar. Pues de matar será mañana la resaca, yo dolor de cabeza y tú erial y desolación.
Y silvará el viento en nuestro ramaje y solo habrá arenas y tic tac,
Porque hoy ciegos y felices, semidioses desnudos en un paisaje de rencor, pero mañana, joder mañana, mañana erial y desolación porque no hay mayor cobardía que desoír los renqueos del reloj,
Que paso a paso abrirán las puertas de la decepción y
El destello de la eternidad suspendida en el recuerdo borroso de un instante precoz.
Te susurraré trinos de sinsonte
Que pueden ser canto de sirena o llanto de león.
Pero no hay cobardía solitaria más hiriente
Que la cobardía de no sabernos ni tú, ni yo.
Voy a susurrarte los lamentos de un enjambre, o los lagos muertos de un país sin sol, sabiéndose ganador,
Si de ganar dependiera la vida o las ganas de matar. Pues de matar será mañana la resaca, yo dolor de cabeza y tú erial y desolación.
Y silvará el viento en nuestro ramaje y solo habrá arenas y tic tac,
Porque hoy ciegos y felices, semidioses desnudos en un paisaje de rencor, pero mañana, joder mañana, mañana erial y desolación porque no hay mayor cobardía que desoír los renqueos del reloj,
Que paso a paso abrirán las puertas de la decepción y
El destello de la eternidad suspendida en el recuerdo borroso de un instante precoz.