En su mirar
En el claro profundo, donde el eco se asienta,
dos almas se encuentran, y se presentan.
Una a la otra, en su mirar, reflejan,
los momentos vividos, las dudas que despejan.
—¿Por qué dudar, si hay luz en el sendero?
—Pregunta la amiga, con su tono sincero.
—Las caídas son pasos en la danza de la vida,
mientras alguien crea, la esperanza no olvida.
—Así es —responde la otra, con calma en su voz—,
en cada tropiezo, hay un nuevo adiós.
Las risas que nacen, los abrazos sinceros,
son faros en la niebla, momentos verdaderos.
El tiempo, maestro de ciclos y giros,
nos enseña que hay risas, también caminos heridos.
—Agradezcamos juntos —canta el viento al volar—,
que hay un tiempo para amar y otro para llorar.
Y aunque llegue el día de cerrar el cuaderno,
los recuerdos bellos seguirán siendo eternos.
No importa el olvido, su esencia brillará,
pues lo bueno que se ha vivido, siempre perdurará.
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