INTRUSIVO
El día termina, mis pensamientos retumban,
el sueño llega y solo gustaría mirar las estrellas.
El viento gustoso, plácido y fresco, aquel sentimiento ameno que tanto me favorece, no quisiera volver a pensarlo pero la idea de dejar este plano suena tentador y deja de ser escalofríante.
No quisiera tampoco mencionar todo lo que se me pasó alguna vez por la cabeza, he comprendido que no soy nadie y no hago parte de nada, ya lo sé, entonces; ¿por qué mi pecho se ajusta quejumbrosamente?
–¡Estoy cansado!–
No podría esperarme más, a penas salgo de aquella enorme edificación, me tumbo a la cama para pensar que están presentes pero a la vez ausentes, no sabría si de verdad vale la pena confíar, este sentimiento no es novedad y la monotonía suele ser aún más progresiva, en forma de espiral.
–Buenos...
el sueño llega y solo gustaría mirar las estrellas.
El viento gustoso, plácido y fresco, aquel sentimiento ameno que tanto me favorece, no quisiera volver a pensarlo pero la idea de dejar este plano suena tentador y deja de ser escalofríante.
No quisiera tampoco mencionar todo lo que se me pasó alguna vez por la cabeza, he comprendido que no soy nadie y no hago parte de nada, ya lo sé, entonces; ¿por qué mi pecho se ajusta quejumbrosamente?
–¡Estoy cansado!–
No podría esperarme más, a penas salgo de aquella enorme edificación, me tumbo a la cama para pensar que están presentes pero a la vez ausentes, no sabría si de verdad vale la pena confíar, este sentimiento no es novedad y la monotonía suele ser aún más progresiva, en forma de espiral.
–Buenos...