II. El hombre galaxia.
Es suficiente con mirarlo para saberlo todo, porque en los orbes de sus grandes ojos se ha escondido el mundo y el universo entero.
Las estrellas brillantes se envuelven en sus pestañas largas y negras, y en sus párpados se guardan los secretos del espacio.
Y en sus córneas dan vueltas los planetas, porque él es el centro de todo lo que quiero.
Porque él es todo lo que me refresca, él es la vida y todo lo que deseo alcanzar con la punta de mis yemas.
Robarlo con mis besos y anhelarlo eternamente entre los cosmos.
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