Tú, hiciste que mi corazón se abriera, me demostraste de lo que soy capaz, pero realmente le temo a la verdad de no estar.

Yo sé, que las palabras casi siempre sobran en mi y la mentiras de que quiero estar sin ti , se vuelven palpables tanto, que me ahogan con el viento soplandome en la cara.

Hoy, te vi aferradote a mi olvido de mentira, diciendo que si lo querías, que lo aceptabas y despojabas todo sentimiento hacia mi. Me miraste a los ojos y me susurraste:

"No te creo, porque aunque digas que me odias, cuando me miras tus ojos gritan amor".

Así que no te preocupes, seguiré fingiendo hasta que estés lista.

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