Ventrílocua incomprendida
Tiré los dados,
el resultado ya está dado,
soldado con hierro y
erguido como un soldado.
Hojas con tinta de algún
dolor recordado...
Holgadas letras que se inclinan
a conceptualizar mi campo semántico.
Las expresiones ya no bastan y
es tanta la espera de mis
emociones que aguardan en el ático,
demasiado pánico por mi axioma mecánico;
profesor de un método didáctico;
mis sentimientos son elásticos;
drásticos pensamientos hepáticos;
drenando en la poesía algo que
no he podido soportarlo.
He portado mis armas, pero
sin querer me he disparado,
he atado cada cabo, pero con
mi propia bilis me he atragantado,
es tardada la espera y
me desespera lo áspero que se siente...
Dentro de mí controlo la nada y
voy arrastrándome con mi poca suerte,
me siento tan sola porque soy
ventrílocua de mi propia mente,
mientras doy mi show imaginario,
todos se ríen, todos entienden...
Cuando luego me despierto
de mi fantasía decadente,
solo soy yo...
La que escuchaba y no se comprende.
Doy tantas vueltas sin
llegar a ningún lugar,
que al final no vale la pena
intentar siquiera identificar,
esos afectos que por defecto
vuelven a chocar como trapecios
en mi corazón,
siempre condenados a saltar
al vacío sin ningún tipo de razón.
Esa contradicción que por ser
una adicción toma una decisión y
esa sesión que hago con un profesional
es la realidad de mi situación,
una comisión que debo de pagar
para poder recalcar lo que me dolió y
lo culpable que me siento por
ser una desagradecida por
maldecir seguir respirando hoy.
La termodinámica no falló,
la energía cinética todo movió,
esas esferas de luz y oscuridad
supuestamente en parte transmutó,
pero sé que todo eso fue una ilusión.
Y...
Todavía no entiendo realmente
por qué mi...
el resultado ya está dado,
soldado con hierro y
erguido como un soldado.
Hojas con tinta de algún
dolor recordado...
Holgadas letras que se inclinan
a conceptualizar mi campo semántico.
Las expresiones ya no bastan y
es tanta la espera de mis
emociones que aguardan en el ático,
demasiado pánico por mi axioma mecánico;
profesor de un método didáctico;
mis sentimientos son elásticos;
drásticos pensamientos hepáticos;
drenando en la poesía algo que
no he podido soportarlo.
He portado mis armas, pero
sin querer me he disparado,
he atado cada cabo, pero con
mi propia bilis me he atragantado,
es tardada la espera y
me desespera lo áspero que se siente...
Dentro de mí controlo la nada y
voy arrastrándome con mi poca suerte,
me siento tan sola porque soy
ventrílocua de mi propia mente,
mientras doy mi show imaginario,
todos se ríen, todos entienden...
Cuando luego me despierto
de mi fantasía decadente,
solo soy yo...
La que escuchaba y no se comprende.
Doy tantas vueltas sin
llegar a ningún lugar,
que al final no vale la pena
intentar siquiera identificar,
esos afectos que por defecto
vuelven a chocar como trapecios
en mi corazón,
siempre condenados a saltar
al vacío sin ningún tipo de razón.
Esa contradicción que por ser
una adicción toma una decisión y
esa sesión que hago con un profesional
es la realidad de mi situación,
una comisión que debo de pagar
para poder recalcar lo que me dolió y
lo culpable que me siento por
ser una desagradecida por
maldecir seguir respirando hoy.
La termodinámica no falló,
la energía cinética todo movió,
esas esferas de luz y oscuridad
supuestamente en parte transmutó,
pero sé que todo eso fue una ilusión.
Y...
Todavía no entiendo realmente
por qué mi...