Fuiste y eres parte de las raíces de mi alma, me ayudaste a desarrollarme como persona. Ahora que corté los malos tallos la herida me arde.

¿Sigue estando fresco el corte o ya es cicatriz?

He cargado con distintos dolores, y el nuestro fue pisar un vacío infinito.

Acepto que fuiste una parte importante de mi historia, y que jamás te borrarás de mis memorias. Solo le pido a tu pasado que me deje conocer otro corazón.

La nube en mi cabeza ahora es la cuna que me vigila en las noches.
Supe lidiar con la lluvia sobre mi cabeza, solamente sigo sintiendo frío. Pero tampoco extraño tu abrigo.

Corté raíces pero no recuerdos que fueron la luz de mis más oscuros días.

No voltearé a ver esos iris soñadores, solo siento tu hilo jalándome.

Me niego a arrodillarme al sentimiento de añoranza hacia tu persona, sin importar si mis pies tiemblan ante el peso de la abstinencia al amor.

Fui víctima del amor venenoso, y creí disfrutarlo.

Puedo llorarte, puede dolerme, puedo pensar en que aún me necesitas, pero ahora cumplo con lo que debí hacer desde el principio.

Cuidar mi corazón.

Me acarician los recuerdos y el olor a felicidad abunda. Los ignoro como enfermo y me sacudo la tristeza de encima.

De amor no voy a morir.

¿Que de qué te hablo?
Añoro amar de vuelta, pero no te voy a buscar. ¿Más claro?

Buscáte a otra que tenga la misma ceguedad que yo padecí con vos.