El flujo del tiempo se ha roto, el pasado perdió su camino, ha vuelto por mí
mi corazón palpita ante su llegada.

Llora, grita, se envuelve en cenizas ardientes que impactan mi alma trastornada.

La oscuridad eterna se extiende, enredadera que consume mi ser.
Mi corazón se ilumina, con llamas nocturnas que la luna hace crecer.

Arde desde adentro, resplandece por fuera.
Fuego eterno que el firmamento reflejó, incinera mis temores y guía mi sendero sin destino.

Luz de profunda oscuridad, nutre mi ser,
Escucha mi llamado, pues seré tu fiel servidor,
En la gloria de tu llama nocturna, encontraré la cura a mi dolor.

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